Falsa positividad: los peligros de la positividad irreal en el trabajo

Redacción21 abril 20216min

El despliegue de las vacunas está en marcha, el Gobierno ha establecido su hoja de ruta para aliviar el bloqueo y parece que hay luz al final del túnel. Es de esperar que las organizaciones empiecen a dejar de lado la negatividad de los últimos meses y a crear una perspectiva positiva para el futuro. Así pues, ¿deben los líderes y los directivos dedicar ahora sonrisas, dar charlas motivacionales y enviar correos electrónicos inspiradores? No, definitivamente no.

Aunque es fácil confundirlos con lo mismo, en realidad hay grandes (y vitales) diferencias entre la alegría y la positividad.

¿Finges hasta que lo consigues?

Últimamente, cada vez más publicaciones en las redes sociales van en contra de los llamamientos a la gratitud y el agradecimiento. En lugar de ello, están poniendo de relieve los problemas potenciales que tales peticiones pueden causar. El problema es que esperar que la gente sea feliz o agradecida la somete a la presión de sentirse de una determinada manera (y en una pandemia mundial, es probable que todo el mundo se enfrente a algún tipo de dificultad). Si la gente no se siente positiva, puede sentirse avergonzada o que ha fracasado de alguna manera.
Lo mismo ocurre en el lugar de trabajo. Que nos digan que veamos el lado bueno de las cosas o que tengamos que fingir estar siempre de buen humor puede crear una cultura de positividad tóxica.

Equilibrar lo bueno con lo malo

Aunque el 21 de junio brille como un posible faro de esperanza, aún no hemos salido de dudas y no será como agitar una varita mágica. No se trata de poner una nota negativa, pero todavía pueden surgir nuevos retos; los empleados pueden seguir teniendo dificultades y días malos. Y lo que es más importante, no asumir esto no será positivo para los empleados. El optimismo puro pero ciego no es una opción viable. Esperar que los empleados pongan una cara alegre durante toda la jornada laboral e ignoren cualquier problema simplemente permitirá que el resentimiento se acumule en el fondo. Con el tiempo, estos pueden desbordarse y crear más daño que si se abordan antes. Por no hablar del posible impacto en la salud mental de los empleados.

Por el contrario, la construcción de una verdadera positividad consiste en afrontar esos sentimientos negativos, no en tratar de alejarlos. Sólo reconociéndolos y aceptándolos podemos dar un paso hacia la verdadera positividad. Al fin y al cabo, nadie puede controlar cómo se siente, y ninguna emoción es intrínsecamente buena o mala; todas son simplemente humanas.

Percepción y no alegría

En tiempos de cambios, se cree que los empleados quieren que los líderes estén tranquilos y confiados. Y es comprensible que muchos equipos de liderazgo adopten esta postura para ayudar a inspirar y motivar a los empleados. Sin embargo, hay una línea muy delgada entre estar tranquilo o confiado y parecer indiferente. Los empleados pueden sentirse excluidos en lugar de ser alentados. El «business as usual» puede interpretarse como que la empresa está por encima de todo, especialmente de las necesidades y problemas de los empleados.

En lugar de esbozar una sonrisa, los líderes y managers deben entrar en contacto con su lado más humano y demostrar que los empleados se sienten seguros y apoyados, para que se sientan cómodos expresando sus emociones y hablando de cualquier dificultad. Los propios líderes pueden enfrentarse a problemas o luchar contra sus emociones. Predicar con el ejemplo y ser capaz de ser honesto y compartirlo puede animar a los empleados a abrirse también. Está bien (y debe fomentarse) que todos -empleados y líderes por igual- muestren su lado real y vulnerable.

Auténtica positividad en 2021

La empatía parecía ser la palabra de moda de 2020, pero fue llevada a la vanguardia de las organizaciones por una razón y debe permanecer allí. El liderazgo comprensivo permite a los empleados ser ellos mismos, sin tener que fingir que se sienten de una determinada manera que no es así. Los directivos y los líderes deben hacer un esfuerzo adicional para comprender a su gente y ver las dificultades desde sus perspectivas: todos se enfrentan a retos muy diferentes en este momento. Los líderes, en particular, están en una posición expuesta y no pueden parecer desconectados o no escuchar a su personal.

En tiempos de cambio, conviene recordar que lo que parece un problema de una persona es un problema de todos. Lo que puede parecer pereza suele ser agotamiento y lo que parece resistencia suele ser falta de claridad. Esto se manifiesta cuando los líderes escuchan de verdad.

Las sonrisas forzadas y la alegría no crearán un ambiente de trabajo positivo. Más bien lo contrario. Pero si se permite que los empleados se abran a las emociones negativas, se enfrenten a las luchas personales y se crea un entorno de autenticidad y empatía, las organizaciones pueden producir una positividad real (y mucho más duradera). Como resultado, esto puede ayudar a las personas y a las empresas a mirar y avanzar mientras nos dirigimos a otra posible nueva fase del mundo laboral este verano.

Artículo escrito por Jeff Miller, Chief Learning Officer & Vice President of Organisational Effectiveness en Cornerstone OnDemand.


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