El absentismo supone un coste ingente para las empresas. Según el IX Informe Adecco sobre empresa saludable y gestión del absentismo, durante los últimos tres años se perdieron, cada mes, más de 100 millones de horas de trabajo en España. En 2019, la pérdida total de horas laborables supuso cerca de 1.500 millones, un máximo histórico. Estas cifras revelan la magnitud de este problema y el coste, tanto económico como social, que supone ya que afecta a las empresas, a los propios trabajadores y a la sanidad.
Las causas del absentismo son muchas y muy variadas en función del sector y tipo de trabajo a desempeñar. Por este motivo, nos centraremos en las soluciones y, en especial, en cómo la comunicación interna puede ayudar a reducir estas cifras.
En el último año, nos hemos visto desbordados por situaciones que nunca antes habíamos vivido. Al temor por perder nuestra salud y la de nuestros allegados se ha unido el temor a perder nuestro trabajo, en un momento en el que parecía que empezábamos a olvidar las consecuencias de la crisis de 2008. En este escenario, resulta muy complicado mantener el ánimo y afrontar el día a día laboral con entereza, especialmente si no recibimos mensajes muy alentadores por parte de nuestra empresa.
Tampoco ayudan mucho las nuevas condiciones laborales. En primer lugar, se ha generalizado el teletrabajo que, aunque es una herramienta muy útil para generar un buen clima laboral, en situaciones excepcionales como la actual puede acabar convirtiéndose en una forma de exclusión o abandono de los empleados si no se les brinda la posibilidad de interactuar con otros compañeros.
En segundo lugar, los equipos que trabajan sobre el terreno, ya sea en plantas de producción, puntos de venta, almacenes o en ruta, se sienten discriminados frente a otros compañeros que trabajan en las oficinas o frente a un ordenador y tienen acceso directo a las comunicaciones de la empresa.
Podría decirse que, como sociedad, nos estamos acostumbrando a convivir naturalmente con altos niveles de estrés: estrés por los contagios, por perder el empleo, por no saber desconectar de nuestras obligaciones en nuestro tiempo de ocio, por no disfrutar de nuestro trabajo, etc. Aunque hay situaciones que no podemos cambiar por nosotros mismos, como son el devenir de la pandemia o las restricciones decretadas por nuestros gobernantes, hay otras que sí podemos mejorar desde un punto de vista personal, como empleados, y profesional, como empresas.
En este sentido, la comunicación interna juega un papel primordial a la hora de rebajar los niveles de estrés en las organizaciones ya que el intercambio de información funciona siempre como un bálsamo que dulcifica y hace más llevaderas las crisis. El intercambio constante de mensajes entre la dirección y el equipo es esencial para mantener la confianza y la cohesión con la plantilla. Un equipo directivo que explica con claridad y sinceridad la deriva de la compañía, sus planes a corto plazo y tranquiliza y anima a sus trabajadores es lo que cualquier empresa necesita.
Es necesario establecer canales de comunicación accesibles y que funcionen correctamente y en todos los sentidos, de la dirección a los trabajadores y viceversa, pero también entre departamentos, para fomentar la cohesión entre compañeros. Resulta de vital importancia no discriminar a ningún colectivo, desde el personal que teletrabaja hasta los que están en fábrica, ruta o punto de venta, sin olvidar a las personas que se encuentran actualmente en ERTE, todos los mensajes deben llegar a todos los rincones de la empresa, sin excepción.
Por último, cada vez son más las compañías convencidas de que cuidar la salud de sus empleados es una forma de inversión a medio y largo plazo y especialmente en momentos como el actual. Entre sus obligaciones están promover hábitos saludables, tanto dentro como fuera de la empresa, y asegurarse de que los trabajadores desconectan del trabajo el tiempo suficiente.
En definitiva, luchar contra el absentismo es una tarea ingente pero no imposible. Tenemos la fortuna de vivir en un mundo en el que la tecnología pone a nuestro alcance herramientas que mejoran el día a día de las empresas y, en consecuencia, de sus empleados. En nuestra mano está aprovecharlas y dejar atrás esos niveles de estrés que inciden directamente en los niveles de absentismo actuales.
Artículo escrito por Nuria Soler, directora de marketing de Steeple.