Por André Ribeiro, Senior Vice President & Partner, Head of Iberia en BTS.- En el panorama empresarial actual, es fundamental que las organizaciones alineen su cultura corporativa con la estrategia de negocio. Sin embargo, las compañías españolas se encuentran em una encrucijada en la que diversos factores están imposibilitando esa unión. Según los datos del estudio que hemos realizado en BTS analizando esta situación, el I Observatorio de Ejecución Estratégica en España, se revela una desconexión preocupante. Tres de cada cuatro trabajadores consideran que la cultura empresarial de su compañía no respalda la estrategia. Una perspectiva que cambia a medida que se escala a los niveles más altos, donde más de la mitad de los directivos (54%) cree que sí existe esa alineación.
La disparidad en la percepción es significativa. Los empleados, aquellos que están en la primera línea de ejecución, sienten que los valores, creencias y comportamientos no están en sintonía con los objetivos estratégicos. Esto genera deficiencias en el rumbo que toman las empresas, y está afectando a su desempeño y competitividad en el mercado.
Pero, ¿quién es responsable de esta desconexión? La respuesta es compleja y aborda múltiples factores. Desde la perspectiva de los directivos, el 36% señala que uno de los principales obstáculos es la resistencia al cambio por parte de los empleados. Esta percepción, sin embargo, cambia drásticamente cuando se cuestiona a los empleados, que señalan como problemas la falta de objetivos a largo plazo y un liderazgo anclado en estrategias y metodologías obsoletas.
La falta de herramientas y claridad para que los empleados puedan contribuir de manera efectiva a la estrategia también es un factor crítico. La mitad de los trabajadores encuestados admiten no saber cómo pueden aportar a la ejecución de la estrategia, lo que refleja una grave falta de comunicación y alineación proporcionada por parte de la alta dirección. Aunque los datos apuntan a que la principal clave en este asunto no es únicamente la comunicación, sino una insuficiente participación de los empleados en el proceso estratégico, permitiéndoles entender su papel y el impacto de sus acciones.
Sin duda, abordar esta desconexión requiere repensar los procesos de planificación y ejecución estratégica, e involucrar más a los empleados. Para solucionar esta problemática, es crucial que los líderes de la empresa realicen una introspección profunda sobre sus métodos de comunicación y gestión. En este sentido, implementar un feedback continuo y bidireccional puede ayudar a identificar y resolver problemas, mejorando así la alineación entre la cultura y la estrategia.
Las empresas deben también considerar la diversidad y la inclusión como elementos clave para una ejecución estratégica exitosa. Diversas perspectivas pueden enriquecer el proceso de creación y ejecución de la estrategia en contextos de alta incertidumbre, asegurando que se contemplen múltiples ángulos y soluciones.
Finalmente, la implementación de tecnologías de gestión del desempeño y análisis de datos puede proporcionar insights valiosos sobre cómo mejorar la alineación y la ejecución estratégica. Estas herramientas permiten a las empresas monitorizar el progreso y realizar ajustes en tiempo real, asegurando que todos los niveles de la organización trabajen en armonía hacia los mismos objetivos.
En definitiva, la desconexión entre la cultura empresarial y la estrategia no es un problema menor. Afecta directamente al desempeño de las compañías y su capacidad para alcanzar sus objetivos estratégicos. Las empresas deben trabajar de manera consciente para cerrar esta brecha, integrando a los empleados en el proceso estratégico y proporcionando las herramientas y el apoyo necesario para que puedan contribuir efectivamente. Solo así se logrará una verdadera alineación que maximice los resultados y asegure un futuro sostenible y exitoso para las organizaciones a largo plazo.