Si soy empático en mi vida personal, muy probablemente lo seré en mi vida profesional y viceversa. Ambas facetas deben formar parte de un todo integrado al cual debemos aspirar. Nuestro objetivo es seguir avanzando y aprendiendo cada día a ser mejores. Es sólo una cuestión de esfuerzo y voluntad.
Cada vez es más frecuente el empleo del término empatía (del griego empátheia, “sentir dentro”) en los foros más diversos. Tratar de comprender el punto de vista de los demás, entender cómo piensan y sienten manteniendo nuestro propio criterio resulta fundamental a la hora de explicar los determinantes de la conducta y establecer relaciones interpersonales saludables en ausencia de prejuicios.
La empatía ya no sólo se aborda en los cursos de formación o en contextos clínicos: también sale a colación recurrentemente en la vida de pareja, las tertulias familiares, las escuelas, los medios de comunicación, etc. Y últimamente, en especial, en el ámbito de Recursos Humanos.
Pero… ¿de verdad somos capaces de entender adecuadamente este complejo constructo psicológico?, ¿somos conscientes de los beneficios que supone su ejercicio en las relaciones profesionales?, ¿hasta qué punto la llevamos a la práctica y somos percibidos como empáticos por las personas que nos rodean?
Estos son algunos de los frutos que nos reporta la empatía en nuestros respectivos puestos de trabajo y también, por qué no, en nuestra vida en general:
01. FACILITA LA SINTONÍA EMOCIONAL
Las personas empáticas conectan rápidamente con los demás, logrando hacer sentir cómodos a la gran mayoría y consiguiendo que las relaciones interpersonales parezcan más sencillas.
02. NOS AYUDA A SER MÁS OBJETIVOS Y JUSTOS
Mantener la ecuanimidad, sin impregnarse de la emoción ajena (simpatía), ayuda a ir más allá del prejuicio aparente y a comprender a la persona desde una perspectiva mucho más integral.
03. NOS DESCRIBE COMO PERSONAS RESPETABLES Y RESPETUOSAS
La mejor manera de ganarse el respeto de los demás es mostrándolo nosotros mismos, aún a pesar de nuestras posibles divergencias con los puntos de vista que expongan nuestros interlocutores.
04. MEJORA LA AUTOESTIMA Y ESTIMULA NUESTRO APRENDIZAJE
Sentir que provocamos un efecto positivo en los demás funciona como un poderoso reforzador personal. Además, el ejercicio empático nos permite aprender de la visión ajena, enriqueciendo el prisma de la realidad con perspectivas diferentes.
05. TRANSMITE GENEROSIDAD
Aquellas personas que demuestran empatía se orientan a la colaboración y gozan de mayor éxito en sus grupos de referencia. Funcionan como brillantes catalizadores del cambio a la hora de influir en los demás para alcanzar objetivos comunes.
06. CONSOLIDA LAS RELACIONES PROFESIONALES Y LAS MANTIENE EN EL TIEMPO
Obrar empáticamente aumenta la fortaleza de los vínculos. Este aspecto adquiere una relevancia singular en negociación. También en aquellos casos en los cuales es preciso sellar alianzas a corto, medio y largo plazo basadas en la confianza.
07. OFRECE NUESTRA VERTIENTE MÁS PACÍFICA Y CONSTRUCTIVA
Existen numerosas evidencias científicas que corroboran que empatía y violencia son, neuropsicológicamente, incompatibles entre sí. Mientras nuestra comprensión aumenta, decrece nuestra inclinación a la beligerancia y mejora la manera en la que somos percibidos socialmente.
Marcos Martínez Jurado, Departamento de Formación y Desarrollo de Eurofórum.