Por el equipo de GlocalThinking.
La ola de renuncias, la evolución en la gestión de equipos, el uso permanente de la tecnología y los cambios en los modelos de trabajo han redefinido las reglas del juego, impulsando así un rumbo nuevo en la transición del regreso al lugar de trabajo; con empleados más exigentes que piden a sus líderes una nueva propuesta superadora. Entonces, para hacer frente a la realidad laboral de hoy las claves radican en potenciar la inclusión y crear culturas impulsadas por el propósito.
Al respecto, Buck Rogers, experto con más de 25 años de experiencia en liderazgo organizacional y vicepresidente de la oficina de Carolina del Norte de Keystone Partners, sugiere a las organizaciones considerar una serie de factores que pueden influir en la decisión de un empleado de renunciar o no: por ejemplo, tener en cuenta la preferencia de los empleados por el trabajo remoto a la hora de generar la transición de vuelta a la oficina.
En esa misma línea, Anthony Klotz, psicólogo organizacional y profesor en Texas A&M University, asevera que la presente era de transformación constante presenta una oportunidad de reimaginar el espacio de trabajo y reexaminar el papel que tiene el trabajo en nuestras vidas y lo que significa para cada trabajador.
En este contexto, para responder a las expectativas de los trabajadores, los líderes y sus equipos deben valorar realmente a las personas; esto es, ofrecer beneficios distintivos al talento -por ejemplo, salarios más altos y flexibilidad para trabajar desde casa- y motivarlo a trabajar en equipo para lograr objetivos comunes hacia una visión compartida de éxito, no solo para la empresa sino también para las carreras individuales de los empleados.
En definitiva, para avanzar en nuevos entornos laborales y responder a las expectativas renovadas de los empleados, los directivos deben incorporar nuevas capacidades de liderazgo: ser innovadores, empáticos, disruptivos, emprendedores. Con las personas como centro, resulta también fundamental, a su vez, redefinir una cultura corporativa adaptable a entornos híbridos y basarla en la confianza en los equipos y en su libertad para trabajar. La evolución de estas normas corporativas y de las habilidades de gestión y liderazgo son las que permitirán atraer, desarrollar y retener el talento de cara al contexto actual que así lo requiere.