Compromiso y talento fueron las dos cuestiones que primaron durante las ponencias de Hugo Serantes, seleccionador nacional de rugby, coach y formador, y de José Luis Abajo, alias Pirri, maestro de esgrima y medallista olímpico en Pekín 2008. Sus intervenciones tuvieron lugar en el Sage Forum 2016 donde explicaron a los asistenes la importancia de contar con equipos altamento comprometidos, por parte de Serantes, y cómo convertirse en el mejor talento posible, por parte de Pirri.
Hugo Serantes animó a los asistentes a vivenciar y no solo escuchar, «es a través de las sensaciones como se marca la diferencia». El ponente se esforzó por hacer ver que, a pesar de las presiones por tener objetivos reales y cuantificables, «hay que disfrutar del camino, de subir y bajar, no solo llegar a la cumbre es lo importante».
Asimismo, defendió el error, desmitifándolo y asegurando que no hay que temer el fallo. «El error es una oportunidad de aprendizaje», no debemos premiar el error, sino la acción, el movimiento, la puesta en marcha. Desde su experiencia, motivar y vincular a las personas es imprescindible. «Hay que dar sentido a lo que hace nuestra gente siendo generosos, honestos, humildes, entusiastas…, todo ayudará a incrementar el nivel de compromiso para con la causa».
Para evidenciar su explicación, Serantes enumeró tres tipos de motivación y las ligó a un ejemplo:
– Trascendental: responde al por qué y para qué, cuál será mi legado. «Si soy médico opero para mejorar la calidad de vida de las personas».
– Vocacional: da respuesta al cómo. «Soy médico porque me gusta operar».
– Ocupacional: contesta al qué, ligado a los incentivos. «Soy médico para ganar dinero».
Por su parte, José Luis Abajo quiso desmitificar lo que conocemos como talento: «el talento no es algo simplemente que se le da bien a una persona, no es natural. El talento es esfuerzo y horas de trabajo». El ponente ejemplificó sus explicaciones a través de su experiencia profesional y enumeró lo que él denominó «los 4 autos» que impulsan el talento:
– Autodiagnóstico: es necesario hacer un diagnóstico inicial para saber de dónde partimos y planificar cómo y hacia dónde vamos. «Nosotros sabíamos que si queríamos resultados diferentes, debíamos hacer cosas diferentes».
– Autocontrol: se traduce en controlar lo que se ha planificado para llegar al resultado que nos hemos propuesto.
– Automotivación: saber qué es lo que te motiva cada día para continuar el camino. «La motivación que genera uno mismo es la más fuerte de todas».
– Autofelicitación: necesitamos el reconocimiento del resto pero en realidad «no te hace falta nadie, has de ser tú mismo el que se motive y felicite por los éxitos logrados».
Además de estos «4 autos», Pirri defendió que la actitud es una variable que no suma, si no que multiplica lo que quieres lograr.
