El liderazgo en tiempos de guerra ha de ser más moral y empático que transaccional

Maite Sáenz28 julio 202211min

La guerra de Ucrania es una cuestión de geopolítica que se dirime no sólo en el cuerpo a cuerpo militar sino también en la batalla psicológica del miedo a la guerra y en la económica del miedo a la recesión. Los programas de bienestar corporativo no pueden quedarse ajenos a esta realidad que impacta en la salud psicológica de sus empleados, que diariamente ven imágenes de una realidad tan cruel como cercana. «Las empresas deben una vez más ampliar sus competencias para equilibrar los desafíos y las medidas a corto y largo plazo. No sólo han de evaluar y planificar rápidamente la inflación, anticipar el impacto de la cadena de suministro de la guerra de Ucrania y asegurar las operaciones y los sistemas son las principales prioridades durante estos tiempos de liderazgo en crisis; también deben priorizar el bienestar físico y mental de su gente». Así lo afirma Tim Good, senior managing director de Talent & Organization de Accenture en el artículo «5 ways for leaders to care for people as the Ukraine war continues«, en el que propone varias líneas de actuación para apoyar a sus equipos en este nuevo y auténtico proceso de aprendizaje.

Principio 1: El líder ha de ser cuidadoso y compasivo

Sabemos que la economía es la economía pero si nos reivindicamos como líderes humanistas debemos demostrar, en este gran momento de la verdad, que nuestra brújula es más moral y empática que transaccional. Para poner a funcionar esta competencia el experto propone:

  • Ser compasivo, solidario y transparente en su comunicación: Accenture realizó una investigación durante la crisis de COVID-19 que concluyó que «las personas necesitan confianza para navegar una crisis y establecer una dirección para el futuro. No tiene que saberlo todo, pero sí debe ser transparente sobre lo que impulsa las decisiones».
  • Realizar sesiones de escucha para evaluar el bienestar en su sentido más global (mental, físico, relacional, financiero y profesional).
  • Ofrecer programas de apoyo a los empleados. Después de una pandemia llega una crisis y todos pensamos en qué será lo siguiente. Mentalmente estamos agotados y el estrés hace mella en nuestra vida personal y profesional. Por eso, los servicios de atención psicológica son los primeros que deberían desplegarse para combatir esta «guerra mental», porque la resiliencia se puede y se debe trabajar.
Principio 2: El líder ha de estar al servicio de las personas en todos los niveles de la organización.

Los directivos también están afectados por la situación. Los números no son lo que eran, las expectativas de crecimiento, que empezaban a alegrarse tras la pandemia, vuelven a posiciones en negro. Pero como explica Tim Good, «la perspectiva económica de la eurozona puede ser motivo de gran preocupación, pero el éxito y el crecimiento en Europa probablemente dependerán de si los líderes y sus fuerzas laborales permanecen alineados y comprometidos«. Para gestionar esta situación sugiere:

  • Priorizar el bienestar y el autocuidado de todos. El dicho «si tú no estás bien poco podrás ayudar a los demás» aplica en este contexto con la misma contundencia ya que los líderes deben cuidarse a sí mismos para poder se ejemplo de autocuidado para los colaboradores.
  • Elevar las voces de las personas en todos los niveles. Para inspirar confianza, los líderes deben escuchar, aprender y actuar, tanto de forma individual como colectiva, mediante la implementación de un sólido marco de escucha para garantizar que se escuchen todas las voces. Las comunicaciones en cascada han de dejar paso a la comunicación transversal y que las aportaciones más válidas se tomen como referencia de decisiones concretas y aplicadas.
  • Comprender las necesidades de las personas. Escuchar para actuar, esa es la máxima. Los líderes han de concentrarse en resolver las principales prioridades de la gente en la mayor medida posible.

 

Principio 3: El líder ha de conocer a su gente y sus necesidades

Liderar una crisis del calibre como la de Ukrania que tiene implicaciones multinacionales para las personas, los equipos y la fuerza laboral, y por eso es necesario conocer bien a su audiencia y piense en la mejor manera de atenderlos. Diferentes personas tienen diferentes necesidades en diferentes momentos, y usted puede liderar con acciones significativas y afectuosas. Ser estratégico, intencional e implementar acciones personalizadas:

  • Pensar fuera de la caja: se trata de diseñar una nueva estrategia global de personas con miedos comunes pero necesidades diferentes. habrá que evaluar las necesidades de los diversos segmentos de su fuerza laboral y ser creativo acerca de cómo apoyarlos. «Considere la flexibilidad de roles, el pago por adelantado, el pago continuo a pesar de las operaciones en pausa, el apoyo de salud mental y más», recomienda el experto de Accenture.
  • Comprender y priorizar la seguridad física, emocional y mental de todos. «En la jerarquía de necesidades humanas de Maslow, la seguridad física es una prioridad máxima, seguida de cerca por la seguridad emocional y mental. Las personas solo pueden concentrarse en la productividad si se satisfacen estas necesidades, así que asegúrese de que estas bases existan en el lugar de trabajo antes que cualquier otra cosa».
  • Ser transparente cuando se hagan cambios en las condiciones laborales debido al impacto económico de la guerra.  Si los empleados se enteran antes por los medios de comunicación que por la organización, sume un problema aladido a los que ya tenga.

 

Principio 4: El líder ha de ampliar su visión de la humanidad

Los líderes son como Atlas, el personaje mitológico que carga sobre sus espaldas el peso del mundo entero. Y lo hacen tan poética como realmente, porque asumen la gran responsabilidad de mantener viva y competitiva a su organización,  conectados y resilientes a los empleados y generando un impacto positivo en su entorno. ¿Qué sugiere Good?

  • Considerar el impacto más allá de la nómina. «La investigación de Accenture «La percepción es la realidad» muestra que los líderes están bajo una presión significativa para expandir sus responsabilidades a las comunidades en las que viven y trabajan. Las decisiones que tome hoy pueden tener un impacto en la sociedad, tanto a nivel mundial como local». Por lo tanto, el peso del mundo no lo pueden traducir en un sentimiento de poder omnipotente e incontestable sino todo lo contrario: «Reflexiona sobre lo que no sabes», advierte nuestro experto. Habrá colaboradores que tengan familiares o amigos en Ucrania, otros tendrán vecinos y otros, simplemente, se sentirán más impactados por lo que allí está sucediendo. «Tenga en cuenta que sus mensajes sean inclusivos: en persona, en llamadas y a través de las redes sociales».
  • Promover la pertenencia de todos los trabajadores. Crear sentimiento de pertenencia ahora es una oportunidad que no se puede dejar pasar porque se hará desde los cimientos de credibilidad necesarios para que perdure. si se hace, además, desde la convicción de que la diversidad y la inclusión idea de la os lugares de trabajo reflejan el mundo real. Como líderes, pueden allanar el camino hacia un futuro equitativo al tomar medidas estratégicas e intencionales para ayudar a crear entornos de trabajo inclusivos, al tiempo que dan un ejemplo de tolerancia e inclusión para las comunidades donde operan sus empresas.

 

Principio 5: El líder ha de repensar las oportunidades de capacitación de la fuerza laboral

El éxodo de ucranianos es una realidad que se va a trasladar al mercado de trabajo. De hecho, hasta 100.000 trabajadores calificados digitales y de TI de alto nivel se verán desplazados por la guerra, y ello forzará nuevas estrategias de reclutamiento de talento:

  • Rediseñe su calendario de formación. Parte de la incertidumbre está en el gran cambio de modelo económico que estamos viviendo. Las necesidades productivas son otras y demandan perfiles «de nueva planta», con calificaciones diferentes y escasas en el mercado. Los líderes han de reconocer en la formación una necesidad de inversión de primer orden no sólo en conocimientos técnicos sino también en habilidades transversales.  La formación, además de dar empleabilidad -y confianza- a las personas, ahora es también inversión en la sostenibilidad del negocio.
  • ¿Son válidos los usos y costumbres tradicionales en materia de reclutamiento y selección? Las brechas de competencias se agrandan e identificar a los que las salvan y a los que las pueden adquirir rápidamente necesita estrategias diferentes, las más de las de la mano de la inteligencia artificial aplicada a los procesos de contratación automatizados.
  • Experimentar opciones de trabajo flexibles. Si se trata de trabajadores desplazados, la flexibilidad espacial y temporal puede ayudarles mucho en su ingreso al mundo laboral, junto con las oportunidades para crear vínculos humanos entre ellos y el resto del equipo. Y si se trata de los trabajadores habituales, el teletrabajo es una realidad que en preferencia gana por goleada a la presencialidad.

Photo by Nati Melnychuk on Unsplash.


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