«Cuando le preguntaron los soviéticos que por qué se dedicaban al opio, Mao calló. Sin embargo, un ayudante, Deng Fa, aclaró: “El opio nos devuelve una caravana cargada de dinero”. En 1942 se calculaba que en los territorios regidos por Mao, al menos 12.000 hectáreas estaban dedicadas a ese cultivo». Javier Fernández Aguado, presidente de MindValue y director de la cátedra de management de Fundación Bancaria “la Caixa” en el IE, escribe en el número 113 de la revista Observatorio de Recursos Humanos, la segunda parte del enriquecimiento de la Nomenklatura.
Como escribe Aguado, la ideología era lo de menos. Parte significativa de la producción se generaba en la frontera norte, tutelada por el general nacionalista Deng Baoshan, que mantenía buenas relaciones con los comunistas y era públicamente conocido como el rey del opio. Nacionalistas y comunistas se repartían fraternalmente los beneficios. Para leer el artículo completo, pinche en este enlace.