El reto del mundo es recuperar esa confianza que se perdió cuando Lehman Brothers se declaró en quiebra, provocando la crisis financiera mundial en septiembre de 2008. Esa pérdida de confianza, de la que aún no nos hemos recuperado totalmente, “afecta a organizaciones, equipos, relaciones sociales y a nosotros mismos como líderes”. Con esta introducción, Stephen Covey ha iniciado su conferencia durante la presentación de su bestseller “La velocidad de la confianza”, organizada por Cegos España.
A lo largo de su intervención, el hijo de Stephen R. Covey ha hecho hincapié en lo importante que es recuperar la confianza, ya que sin ella “no puede haber una cultura corporativa ganadora”, haciendo que el “mundo se detenga. El de cada líder y organización”.
Esta cultura ganadora, a juicio de Covey, tiene que estar “diseñada intencionadamente, tener un marco de referencia compartido, un lenguaje común y dirigida por sus líderes”. Siendo la confianza, la clave de todo.
Para ello, Covey ha afirmado que la confianza parte de tres premisas fundamentales:
Para explicar el primer punto, Covey ha puesto como ejemplo la crisis financiera mundial, ya que “la confianza lo cambia absolutamente todo”. La confianza ha disminuido desde la citada crisis de 2008. En España, esa confianza ha mejorado este último año, pero sigue en niveles muy bajos respecto a otros países.
Acto seguido, ha manifestado ha dado una definición de lo que es confianza: “Confianza es seguridad, desconfianza es sospecha. La confianza incluye carácter y competencia, mientras que la confianza inteligente significa tener confianza y análisis”.
Respecto a la inteligencia inteligente, el escritor ha asegurado que es “una buena disposición a confiar en los demás. Es una cuestión de corazón”. Para llegar a ella, hay que “equilibrar el corazón y la mente”.
Siguiendo con la confianza como liderazgo, Covey ha dado un consejo: “Si quieres que la gente confíe en ti, tienes que dar confianza. Hay que trabajar en la confianza mutua”. Y es que confiar es “asumir un riesgo. No confiar también es un riesgo, pero no confiar habitualmente es un riesgo mayor”. Por ejemplo, “las organizaciones con alta #confianza tienen un 286% más de retorno de la inversión”, ha afirmado.
Al hablar del tercer punto, la confianza es una habilidad que se aprende, Covey ha explicado que “la confianza empieza por la credibilidad y el comportamiento”. “Integrar es hacer lo correcto, aunque suponga perder o renunciar a un beneficio”, ha apostillado. Esto es así porque la confianza depende de los cuatro pilares de la credibilidad: “Integridad, Intención, Capacidades y Resultados”.