Esta semana he hablado sobre emprendimiento a futuros ingenieros. Me sigue preocupando que los jóvenes lo vean como la salida al desempleo. Cuando acabe, busco un empleo. Si no lo consigo y antes de ir al paro, emprendo. Ojoplático. En un país con el noventa y muchos por ciento de PyMEs, se entiende la cantidad de bares. Además de por nuestra alma mediterránea. En países anglosajones es la primera opción. Sobre todo en carreras universitarias. Pero para eso hay que conocerse. Uff, qué pereza. Y además hay muchos riesgos. Uff, qué mal rollo. ¿Y sin red? Espera a que tenga un buen sueldo y ahorros. Y experiencia. Ya.
Algo que he aprendido emprendiendo es que control y confianza se deben conjugar juntos. Con-con. No puedes estar preguntándote eternamente si alguien va a hacer algo que se supone que tiene que hacer. ¿O sí? No es desconfianza en tus socios, es tener visión global. Luego cada uno tiene su parcela. Pero esa parte no puede ser como en una gran empresa. La tuya pequeña, la del resto enorme. Ni la obsesión por controlar todo todito todo, ni confiar ciegamente. Porque como dice el refrán, da asco. Ambas dos. Lo ideal es que sea verdad lo que Victoria le decía a Sally en Oblivion: «Somos un equipo eficaz».
Feliz fin de semana a todas, todos.
Francisco J. Fernández Ferreras.