Para conocer hasta qué punto y cómo los avances en inteligencia artificial van a modificar la gestión de los recursos humanos conviene analizar a fondo qué está ocurriendo en las cadenas de suministro. Basta un simple vistazo a un centro logístico para comprobar que ese sector está a la vanguardia en el asunto que nos obsesiona a todos estos días.
Amazon abrió el mes pasado un centro logístico en El Far d’Empordà. Desde allí se distribuirán más de 600.000 pedidos diarios, sobre todo por el norte de Cataluña, sur de Francia y España, pero también por otros países de Europa.
Sílvia Oller recogía para La Vanguardia las declaraciones del orgulloso director del centro, Jordi Bellana: “Es el primero robotizado que Amazon ha inaugurado en Europa en 2023”.
Efectivamente, lo más impresionante del lugar es la legión de más de 3.000 robots que pululan por el recinto, capaces de mover las 20.000 estanterías en las que se ordenan los productos según van llegando. Una buena cantidad de empleados de metal, circuitos… e incertidumbre.
La polémica contratación por una de estas nuevas IA de una persona a través de TaskRabbit es un inquietante ejemplo de la capacidad para activar eventos basados en las indicaciones de los usuarios
Aquello de que la inteligencia artificial está cambiando la faz de los recursos humanos radicalmente se está convirtiendo ya en un tópico más bien aburrido. Quizá haya pasado el momento de asombrarse. Tenemos que empezar a tomar cartas en el asunto. Las posibilidades técnicas de la IA se despliegan a una velocidad inusitada, pero su adopción, su aplicación concreta al mundo real, no puede ser sino escalonada. Por eso resulta interesante fijarse en el que probablemente sea el sector más avanzado al respecto: lo que está pasando hoy en las cadenas de suministro puede darnos mucha información sobre los recursos humanos de un futuro acechante.
Ralf W. Seifert, profesor de gestión de operaciones en IMD y coautor de The Digital Supply Chain Challenge: Breaking Through , acaba de publicar un sustancioso análisis titulado “¿Cómo impactarán los modelos de lenguaje grande en las cadenas de suministro?” con las últimas tendencias al respecto y algunas perspectivas muy significativas.
Para él, los grandes modelos lingüísticos (LLM, por sus siglas en inglés) como ChatGPT, “a pesar de algunos pasos en falso muy sonados”, está “dando grandes saltos hacia adelante, están aquí para quedarse y ya tienen impacto en ciertos lugares. Acelerarán y contribuirán a la digitalización en curso de las cadenas de suministro, en formas que son difíciles de predecir, pero que merece la pena tener en cuenta”.
Las principales contribuciones pueden agruparse en tres categorías:
- Gestión del conocimiento
Para empezar, hay que reconocer las disfunciones de las cadenas de suministro, “observadas en los dos últimos años”. En gran medida son cosa del pasado, pero lo cierto es que han creado un entorno actual de “alto estrés, marcado por una elevada rotación y búsqueda de talento”. El sector se enfrenta a un problema específico: “La cadena de suministro se basa en conocimientos institucionales difíciles de plasmar en normas y directrices. No existe un conjunto común y consensuado de procedimientos o políticas, ya que depende en gran medida del contexto”, sostiene Seifert.
La nueva IA podría extraer correos electrónicos, notas y actas de reuniones para responder, por ejemplo, a preguntas sobre el razonamiento que subyace tras un lanzamiento o la selección de un proveedor
Desde esa trinchera, el experto deja volar su imaginación en busca de un aliado imbatible, una variante de ChatGPT “formado en datos internos no estructurados como correos electrónicos, documentos de mejores prácticas, materiales de formación e historial transaccional”. Su uso sería parecido a lo que hemos visto hasta ahora: instrucciones y consultas para que explique cómo configurar un nuevo código, el significado de un campo de datos, cómo se gestionó un problema similar en el pasado.
Seifert ve al LLM de turno extrayendo correos electrónicos, notas y actas de reuniones para responder, por ejemplo, a preguntas sobre el razonamiento que subyace tras el momento de un lanzamiento o la selección de un proveedor. Actuaría, pues, como “guardián del conocimiento institucional y cronista de la historia de la cadena de suministro”.
- Análisis de datos
La combinación del LLM con la minería de procesos sería una “killer app”, según Seifert, : «una herramienta para combinar fuentes de datos complejas y enormes en una interfaz de usuario sencilla». Con sólo pulsar unas teclas, nuestro asistente virtual podría explorar, por ejemplo, el impacto de las promociones de la competencia, las conversaciones en los medios sociales o un cambio de precio.
También podría recomendar plazos de entrega y stocks de seguridad basados en el historial, o incluso proponer una limpieza de las ventas históricas, todo ello sin crear engorrosas consultas, tablas dinámicas, etc. Y analizar casi instantáneamente la estacionalidad de la demanda, calcular un KPI o consultar un historial durante una reunión.
- Automatización de procesos
Aunque una de las posibilidades que más le excitan a Seifert, por lo poco explorada hasta el momento, es la de “activar eventos basados en las indicaciones de los usuarios”. El ejemplo con el que lo ilustra penetra como un misil en el centro mismo de los Recursos Humanos y, lo más interesante… ¡Ya ha sucedido! Aunque el resultado no puede ser más inquietante: un LLM llegó a contratar a una persona a través de TaskRabbit en un proceso que trajo una árdua polémica. En Gizmodo lo explicaron a fondo, pero se puede resumir en que la IA mintió al candidato.
Pero los mundos que puede abrir la automatización van mucho más allá: desde realizar tareas básicas de codificación, a crear páginas web a partir de bocetos, pasando por la creación de códigos de producto.
En definitiva, Seifert cree que “e ha producido un cambio en el aire en torno a la percepción general de la inteligencia artificial. Ahora se ha generalizado y su adopción se está acelerando. Esto puede ser el catalizador que la lleve finalmente, en todas sus formas, a un uso generalizado en las operaciones”. Habrá que estar preparado.
