En su primera conferencia en España, impartida en el 48 Congreso Interancional Aedipe, Mike Walsh, CEO del laboratorio de investigación Tomorrow, ha analizado el entorno de cambio que han de guiar la gestión de las organizaciones de ahora en adelante, un entorno fuertemente condicionado por el nuevo concepto de relación laboral que traen consigo las jóvenes generaciones, por el mandato omnipresente del cliente como centro de la innovación y por la utilización masiva de la tecnología. A su juicio, “la verdadera innovación llega viendo el mundo como lo hacen nuestros clientes” y por eso, afirma que la transformación está más relacionada con la antropología que con la tecnología. “Lo que está cambiando no es la tecnología sino nuestra forma de vivirla, de comunicarnos a través de ella. La tecnología en sí misma no cambia nada”.
También ha querido llamar la atención sobre la necesidad de definir nuestro modelo de empresa a partir de las premisas mencionadas y con el foco puesto en cómo queremos responder al cliente. La realidad -“diseñamos logos de elevado coste pero olvidamos definir modelos de empresa” ha admitido- es que pocas veces definimos bien nuestros qué y nuestros cómo.
Igualmente crítico se ha mostrado respecto al posicionamiento que directivos y empresas tienen respecto a los más jóvenes. “No creo en el concepto de generación millennial; lo hemos creado para sentirnos más cómodos con el hecho de que no la entendemos cuando la realidad es que ellos son los soldados de la nueva revolución”. Hemos, pues, de repensar lo que entendemos por colaboración y porque “aquello que han desarrollado las empresas de éxito de hoy puede matarnos mañana. Hay que escuchar las nuevas generaciones”. ¿Cómo? Una receta sencilla y a medida de quienes vienen pisando fuerte: “Cuanto más feedback das, más colaboración recibes”.
Y por último, ha querido llamar la atención sobre el impacto de la tecnología y del big data en el liderazgo del futuro. No se trata tanto de acumular información en gigantescas bases de datos sino que es más una cuestión de correlacionarla con la organización para entenderla mejor. De ahí que una de las habilidades que reclama a los líderes es la de saber leer las relaciones transversales que esconden los grandes números de la empresa.