Hoy día, nos inundan los artículos, entrevistas y tweets sobre inteligencia artificial (IA) de personas que no son conscientes de la realidad tecnológica. Entran descaradamente en un mundo que desconocen y lanzan comentarios para provocar emociones y clics.
En realidad, lo que se está desarrollando con estas herramientas nuevas resultará mucho más humano de lo que más de uno piensa. Porque lo que llamamos inteligencia artificial consiste en una sucesión de herramientas especializadas que se dedican a mejorar una tarea repetitiva. Un ejemplo clásico es el del escaneo médico, en el que un algoritmo analiza cientos de imágenes de un tipo de cáncer concreto con el fin de proponer un diagnóstico al médico. La IA no es más de lo que decidimos hacer con ella.
Tecnología para librar a los empleados de tareas tediosas
La IA permite, sobre todo, automatizar tareas repetitivas, a menudo desagradecidas; acciones que antes llevaban a cabo los empleados. Debemos terminar con la idea preconcebida de que la mayor parte de la actividad humana de una empresa va a recaer en manos de las máquinas. La IA debe entenderse como una oportunidad tecnológica que conceda tiempo a los empleados para tomar decisiones. Es la solución para aportar valor a empleados y empresas.
Por lo tanto, los empleados podrán concentrarse en otras tareas «más humanas» en las que conseguirán mayor valor añadido. Por un lado, podrán centrarse en su creatividad, innovación y análisis; por el otro, podrán dedicarse a las relaciones humanas y a la comunicación, ya sean internas o externas. Por ejemplo, una enfermera va a poder pasar más tiempo con sus pacientes. Así, la IA devuelve el sentido al trabajo, una exigencia básica para las generaciones más jóvenes.
Un fenómeno que aumentará la madurez de la tecnología
La IA, opaca en su funcionamiento, consiste en una herramienta que, en ciertos aspectos, necesita interactuar de forma similar a como interactúan los humanos entre sí. Las soluciones que conoce el público general siguen distando de la madurez. Evidentemente, el principal objetivo de las GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon) consiste en cautivar a los usuarios al no facilitarles herramientas de justificación. No obstante, es necesario garantizar que los humanos y la IA se entienden entre sí tanto en lo que a preguntas como a respuestas se refiere. La colaboración con los humanos resulta crucial para las soluciones empresariales, cuyo progreso va a afectar positivamente a la realidad laboral.
No seamos ingenuos, la IA hará que se pierdan puestos de trabajo, pero la realidad irá más allá de las predicciones de algunos expertos que vaticinan la eliminación de entre el 30% y el 90% de los trabajos actuales. Queda mucho para que los humanos pierdan su lugar en las empresas. Con el desarrollo de soluciones de IA en el lugar de trabajo, los humanos se concentrarán en actividades más satisfactorios y en objetivos que colmen sus carreras profesionales.
En este sentido Andrew McAfee, Co-Fundador y Co-Director de la Iniciativa sobre Economía Digital y Científico Principal de la investigación en el Centro MIT Sloan de Gestión, explica en su charla de TED la forma en que los robots tomarán nuestros trabajos, el motivo por el que no debe resultar necesariamente perjudicial y lo que podemos llevar a cabo para preparar a nuestra sociedad ante el «desempleo tecnológico». Los argumentos de McAffe, aunque suenen radicales para algunos, deben ser tenidos en cuenta, sobre todo por los líderes de RR.HH., cuyo trabajo está muy estrechamente vinculado con el futuro de la economía laboral. McAfee afirma que el desempleo tecnológico supone la mejor noticia económica del planeta por dos motivos. Primero, la progresión de la tecnología está creando «abundancia»: más volumen y mejor calidad productos a precios inferiores. Y, segundo, libera a la humanidad para que deje de trabajar y comience a innovar, crear y pensar.