
El Instituto de Ingeniería del Conocimiento ha creado una herramienta, AROS, para poder identificar a este tipo de personas dentro del ámbito laboral y medir el impacto que tienen sobre los demás. AROS funciona con el análisis de diferentes fuentes de datos, según el objetivo que se proponga la empresa. La herramienta se alimenta del análisis de la huella digital o de la información de cuestionarios diseñados conforme a las metas que cada empresa busque, en los que se realizan varias preguntas sobre las relaciones con el resto de empleados.
El estudio de estos datos ofrece a las empresas la detección de hasta cinco modalidades de influencers: supporters, aquellos que son considerados un soporte clave a la hora de realizar un trabajo; líderes, trabajadores inspiradores para los demás y que su opinión es tenida en cuenta a la hora de tomar decisiones; brokers, personas que ocupan una posición estratégica en el flujo de información de la organización; expertos, aquellos que son reconocidos como expertos por otros trabajadores; y catalizadores, empleados que son idóneos para facilitar los procesos de cambio.
La detección de estos influencers aporta grandes beneficios a las empresas como el incremento de la colaboración entre grupos, la localización de expertos en determinadas materias, la medición de la adopción de tecnología en un proceso de transformación digital o la aceleración de la comunicación interna. Los resultados suponen un beneficio para los empleados, que aumentan su visibilidad más allá de las fronteras organizacionales como las que establecen el departamento, el rol o la geografía, por ejemplo.
Para Pablo Haya, director del área de Social Business Analytics en el IIC, AROS es una herramienta muy beneficiosa, además de para las empresas, para los propios empleados, porque “se ven reconocidos en dimensiones, que, de otra manera, quedan ocultas en el organigrama formal de la organización”.