Existe consenso sobre la importancia de gestionar la innovación empresarial como diferenciador clave en la construcción de ventajas competitivas sostenibles en el tiempo pero, a pesar de ello, son pocas las organizaciones que cuentan con directivos que aceptan el impulso de una cultura de innovación, y mucho menos la tienen como prioridad en sus estrategias…
No es cierto que la inversión en última tecnología es el factor clave, por sí solo, para generar innovación. Tampoco lo es que las empresas que destinan una ingente cantidad de presupuesto al área de innovación consiguen gestionarla mejor. Lo que sí es cierto e indiscutible es que las personas generar un valor diferencial y son clave en la innovación. La innovación la impulsan personas implicadas, talentosas y comprometidas.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA CULTURA EN LA GESTIÓN DE LA INNOVACIÓN?
Las empresas que tienen una clara orientación a la innovación, desarrollan una cultura organizativa cuyos valores, principios, estilo directivo y procesos promueven la realidad innovadora como un referente obligado. Ahí encontramos empresas como IBM, Google, Apple… En este tipo de empresas la innovación:
- Se asume con convicción directiva
- Se consolida y refuerza con el aprendizaje de los errores
- Se construye conectando talento interno y externo
- Se nutre de prácticas de inteligencia competitiva y de mercados
- Se gestiona como un proceso de alcance corporativo
- Se potencia en una cultura que promueve diversidad
- Se alimenta de conversaciones e interacciones en los medios sociales
Está claro que existen tantas versiones de innovación empresarial como culturas organizativas y estilos directivos. No es momento de refugiarse en lo conocido, se trata de renovarse y asumir riesgos, apostar por lo aprendido de los errores e impulsar la innovación dentro de las organizaciones.