El talento que no se aprecia se deprecia… ¿o se desprecia? Que me perdone el colega de mesa cuyo nombre no alcancé a averiguar y que durante la presentación del Human Age Institute formuló esta pregunta. Agudo y certero, este directivo de recursos humanos dio en el clavo de la encrucijada en la que se encuentra la gestión de personas en las organizaciones. José Antonio Marina, quien nuevamente estuvo brillante en su intervención, lo llamó el “conflicto de plazos en la gestión del talento”. Invertir en él implica confiar en el largo plazo en unos momentos en los que las empresas necesitan resultados económicos cuasi inmediatos y el resultado de esta dualidad, cuando no se resuelve con un win win para las partes implicadas, es el de la descapitalización de conocimiento: “El talento siempre encuentra su camino; el problema es que fluya hacia afuera de nuestras organizaciones”, lo resumió Marina. Y ese es el problema ahora, que la veda empieza a abrirse y del despido interior, abultado como nunca, vamos a pasar a la renuncia expresa, que se presume intensa.
En boca de este experto he escuchado la definición más redonda de lo que es el talento: “Es inteligencia en acción, la capacidad para elegir bien las metas y la cualidad de gestionar adecuadamente las decisiones”. Realmente hace posible “visualizar” su traducción al día a día y facilita establecer una hoja de ruta para las acciones que desde las empresas se pueden adoptar para identificarlo y desarrollarlo. También me gusta porque desbarata la idea del origen natural del talento. “El talento no está antes de la educación, lo está la Biología” porque, a su juicio, el sexto sentido es un gigantesco bloque de información que nos ayuda a construir patrones de oportunidad. Los mejores no nacen, se hacen, e invertir por desarrollar el potencial para convertirlo en desempeño excelente es la estrategia más inteligente para asegurar la competitividad en la nueva era del conocimiento.
Human Age Institute es una buena noticia porque nace creyendo, creando y queriendo al talento, no sólo al que ya tiene su hueco en el mercado laboral sino también y sobre todo al que no lo tiene para hacerle empleable. La iniciativa ya ha movilizado recursos con la realización de sus primeras actividades con jóvenes en situación de desempleo; ha puesto a trabajar el conocimiento multidisciplinar de su comité de expertos (Cubeiro, Marina, Alonso Puig, Szpilka, Rovira…), y ha conseguido el apoyo de 30 de las más importantes empresas del país. Un buen comienzo para empezar a gestionar empresas con personas y no personas en empresas.