Esta es una de las conclusiones del estudio Tendencias de Capital Humano 2016, realizado por Deloitte, en el que se hace hincapié la capacidad prescriptiva de los más jóvenes en relación a las tendencias de gestión y especialmente en la formación, un área en la que demandan una oferta a la carta donde ellos sean el centro y puedan decidir dónde, cómo y cuándo formarse.
Las grandes empresas ya son conscientes de la necesidad de adaptarse a este cambio y han reorganizado -o se lo están haciendo- sus departamentos en torno a una cultura del aprendizaje en la que la enseñanza no es solo responsabilidad de Recursos Humanos sino una labor global que implica a toda la plantilla. La colaboración entre los empleados a todos los niveles, las herramientas de “autoservicio” que ayudan a crear playlist con cursos y talleres internos y externos a la organización y la utilización de los dispositivos móviles, incluidos los BYOS (bring your own device) comienzan a ser una realidad en ellas. No obstante, todavía hay otras muchas más empresas que no están trabajando en una línea similar e incluso un 61% de los ejecutivos encuestados explican que todavía supone un reto el enfocar sus organizaciones hacia un modelo de aprendizaje auto-dirigido por los propios trabajadores.