La tecnología evoluciona continuamente y los métodos de formación deben adaptarse a la misma velocidad. Las empresas están en el epícentro de de este nuevo contexto en el que para alcanzar la excelencia en formación es necesario que la organización invierta en el acciones formativas pero también que los empleados sean proactivos con su desarrollo profesional.
Muchas de las necesidades formativas a las que nos enfrentamos en las empresas son cortoplacistas y requieren de una solución inmediata, pero por contra y de forma paralela, a menudo tenemos equipos descentralizados, con poco tiempo, horarios dispares y exigencias personalizadas. Además, nos enfrentamos a la supremacía del dispositivo móvil y a la nueva forma en la que los individuos consumimos la información.
De esta necesidad nace una de las tendencias actuales, el Microelearning, píldoras formativas de corta duración y de consumo inmediato enfocadas a solventar problemáticas concretas y puntuales dentro de la compañía. Su objetivo es crear un repositorio de sesiones estructuradas por temáticas, a las que cada uno de los empleados desde cualquier lugar y sin necesidad de desplazarse, pueda acceder de forma autónoma en el momento que crea oportuno.
Existen diferentes posibilidades metodológicas para diseñar la sesión, si bien es recomendable no realizar siempre las sesiones de la misma manera. Según nuestra experiencia en multitud de clientes, los formatos de sesión más habituales y recomendables son:
• La exposición: Se basa en una explicación realizada por un experto donde resuelve la realización de determinadas tareas. Muy útil para mostrar nuevos procesos internos o nuevas funcionalidades de nuestro CRM, por ejemplo. Seguramente por su semejanza a la enseñanza presencial es uno de los recursos más utilizados.
• El testimonial: Tipología de formación indicada para el microelearning, altamente recomendable para ámbitos que requieran de una negociación (técnicas de venta, gestión de objeciones, propuesta de valor, etc.). En esta sesión seleccionaremos a uno de los empleados para que muestre las “best practices” en un área específica, lo ideal es realizarlo mediante roleplay para representar de forma más fidedigna la situación concreta. De esta manera reproduciremos la situación reflejando la aplicación práctica en el entorno donde se produce, sin necesidad de desplazar a todo el equipo a una ubicación determinada.
• Quiz: Técnica de gamificación donde los asistentes responden a un cuestionario previamente diseñado por el formador, de manera simultánea y en la que compiten entre ellos para ver quién es el que contesta en el menor tiempo y de forma correcta a las diferentes preguntas. Todos los asistentes ven la pregunta al mismo tiempo y disponen de unos segundos limitados para contestar, al final de cada pregunta se muestra el ranking de jugadores, lo que fomenta un clima de autoexigencia. A su vez se trata de un formato que genera un engagement muy superior a una formación estándar. Al final del cuestionario podemos obtener, además de la posición y puntuación de cada uno de los participantes, el informe de las preguntas y respuestas, lo que nos ayudará a identificar dónde se encuentran los puntos débiles del equipo y hacerles frente, muy apropiado para realizar el seguimiento del nuevo protocolo de venta, por ejemplo.
Otras acciones que podemos llevar a cabo ya sea como sesión individual o simplemente como herramientas de apoyo, son por ejemplo la creación de videos cortos, un podcast, una entrada en el blog, una infografía o un tablero. Pero sea cual sea nuestra opción y antes de seleccionar un formato de sesión u otro, siempre debemos pensar que éste debe estar al servicio del aprendizaje y vehicular la formación para que sea lo más efectiva posible.
