El ruido en la oficina molesta y mucho: distrae, entorpece el trabajo y resta productividad. Según los datos recogidos por un estudio de Plantronics realizado en Reino Unido, Francia y Alemania, los trabajadores son tajantes a la hora de valorar la incidencia negativa del ruido en la calidad de su trabajo: a los británicos les interfiere en un 89,9%, a los alemanes en un 96,5% y a los franceses en un 93,5%. Todos ellos, además, citan la reducción de la productividad como uno de los efectos del ruido y afirman que su productividad aumentaría en un entorno menos ruidoso (Reino Unido, 54,1%; Alemania, 65,1% y Francia, 65,5%).
Los datos respecto a la incidencia que el ruido tiene en las empresas no son menos contundentes: no poner solución a los problemas provocados por el ruido en el trabajo podría costarle a una empresa británica más de 20.000 euros al año en términos de productividad por directivo contratado.
Las dinámicas de los espacios de oficina están cambiando de manera significativa y, de media, sólo la mitad de todos los encuestados (Reino Unido, 47,7%; Alemania, 51,4% y Francia, 51,3%) aún trabaja en la oficina cinco días en una semana típica de trabajo. A medida que el trabajo flexible ha ido ganando popularidad, el diseño de las oficinas ha cambiado drásticamente: los espacios diáfanos son ya habituales y cada vez son menos frecuentes los escritorios fijos tradicionales. Este nuevo estilo de trabajo, que tiene indudables ventajas, también puede acarrear importantes problemas de acústica si no se cuenta con las medidas adecuadas de gestión del ruido. Así, las molestias ocasionadas por compañeros ruidosos son los trastornos relacionados con el ruido que señalan con más frecuencia los trabajadores de oficina de los tres países analizados.