El tema del estudio de 2019 es ‘Well and Beyond’, una llamada a la acción para concienciar sobre la importancia de hacer del bienestar una prioridad.
Según esta encuesta internacional, España supera a varios mercados, situándose en séptimo lugar con una valoración de 62.7/100, 1,7 puntos más que el año pasado, registrando también mejoras en los índices social, familiar, laboral y financiero. El único aspecto que no remonta es la salud física, que baja 2,3 puntos respecto 2018, a causa de una alimentación poco saludable, a la escasa práctica de ejercicio y a unos malos hábitos del sueño.
Aunque la mayoría de los aspectos del bienestar están en alza, el tiempo destinado a los más allegados sigue siendo deficiente. Y es que, a pesar de que los encuestados reconocen tener más amigos con los que hablar abiertamente, no pasan suficiente tiempo con ellos. Lo mismo ocurre con la interacción familiar, con un 36% de encuestados satisfechos, en comparación con el 42% de 2018 y el 46% de 2017. También se percibe mayor descontento en cuanto al horario laboral y a las relaciones con los compañeros de trabajo y supervisores. La preocupación por el entorno económico actual y a cómo puede afectar a las finanzas personales es otro de los puntos a mejorar, aunque sí se ha percibido mayor positivismo en la situación económica a corto plazo.
España es uno de los países menos estresados: solo 71% de los encuestados reconoce sufrirlo, frente al 84% de promedio mundial. Con respecto al estrés inmanejable, los españoles también puntúan por debajo de la media general. El hecho de que solo el 60% sienta que está en un entorno «siempre activo», en comparación con el 64% global, podría ser la causa de esta diferencia.
Pese a que los niveles de estrés no son tan altos como en otros mercados, casi 9 de cada 10 sienten su impacto en el lugar de trabajo, haciendo alusión a un “ambiente deprimente” y “menos productividad” como sus principales consecuencias negativas.
En cuanto a los programas de salud y bienestar en la empresa, el 72% afirma que la entidad donde trabaja no le proporciona este tipo de iniciativas, muy por encima del promedio mundial (54%). En el momento de analizarse qué entienden por “programa de salud y bienestar”, el 42% de los españoles cree que se trata de políticas centradas únicamente en la promoción y cuidado del bienestar físico, sin contemplar la salud mental. A esta falta de conocimiento se une la escasa participación de los empleados en este tipo de acciones: menos de la mitad de los que tienen un programa de bienestar participan en él, con una tasa del 7%.
“Al igual que en otros mercados, España está rezagada en lo que respecta a los programas de bienestar en el lugar de trabajo, ya que los empleadores lo dan por sentado y el interés de los empleados no es alto. Además, el bienestar mental, tan relevante en estos días, no recibe la atención que merece”, explica Ana Romeo, Directora de Recursos Humanos de Cigna España. «El desarrollo de programas que prioricen el bienestar general, así como el aumento de las tasas de participación, debe ser el objetivo de las empresas si desean prosperar, minimizar las bajas por enfermedad y retener a empleados comprometidos y altamente motivados».