El cambio es real. Aunque conviene descontar los excesos apocalípticos de los tecnoagoreros de turno, sí que parece ya evidente que los cambios tecnológicos, con la inteligencia artificial a la vanguardia, están revolucionando el mercado laboral… y lo que queda. El influyente Foro Económico Mundial acaba de publicar un informe sobre la materia y, en España, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital acaba de solicitar otro. La reacción llega con retraso pero no necesariamente tarde si culmina con un plan de acción que se ejecute.
El Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), más conocido como el Foro de Davos por las célebres reuniones de líderes políticos y empresariales de todo el mundo que se celebran todos los años en la localidad suiza, ejerce sin mucho disimulo como referente entre las democracias liberales, lo que solemos llamar Occidente. Aunque se trata de una organización independiente, su evidente poderío hace que todos los gobiernos sigan muy de cerca cualquiera de sus movimientos, hasta el punto de crear cierta polémica entre quienes creen que condiciona excesivamente las políticas nacionales.
El último de estos movimientos ha sido la elaboración del Informe sobre el futuro de los empleos 2023, cuya gran conclusión es que en los próximos cinco años cambiará casi una cuarta parte (23%) de los empleos. Lo harán, dicen desde el WEF, tras un inquietante viaje a bordo de una montaña rusa: un crecimiento del 10,2% y una disminución del 12,3%. Se crearán 69 millones y se eliminarán 83 millones de los 673 millones de puestos de trabajo que constan en los datos manejados por el WEF.
Los nuevos empleos brotarán de macrotendencias entre las que destacan, además de la tecnología, la transición ecológica, los estándares ESG y la localización de las cadenas de suministro. Saadia Zahidi, directora general del WEF, sostiene que “existe un camino claro para garantizar la resiliencia. Los gobiernos y las empresas deben invertir para apoyar el cambio hacia los trabajos del futuro a través de estructuras de educación, capacitación y apoyo social que puedan garantizar que las personas estén en el centro del futuro del trabajo”.
El big data se ubica en la parte superior entre las tecnologías que se considera que crean empleos: el 65% de los encuestados por el WEF espera un crecimiento laboral en roles relacionados con esa materia. La demanda de analistas y científicos de datos, especialistas en macrodatos y en aprendizaje automático de IA y profesionales de ciberseguridad crecerá en promedio un 30% para 2027. Por contra, los roles administrativos o de secretaría, incluidos cajeros bancarios, cajeros y empleados de entrada de datos, serán los que disminuyan más rápidamente.
En ese contexto, la capacitación de los trabajadores para utilizar IA y macrodatos será una prioridad del 42% de las empresas encuestadas en los próximos cinco años, ubicándose detrás del pensamiento analítico (48%) y el pensamiento creativo (43%) en importancia. Las empresas consultadas consideran que las brechas de habilidades y la incapacidad para atraer talento son las barreras clave para la transformación. Seis de cada 10 trabajadores requerirán capacitación antes de 2027, pero se considera que solo la mitad de los empleados tienen acceso a oportunidades de capacitación adecuadas actualmente. El informe estima que será necesario actualizar un promedio del 44% de las habilidades del trabajador individual.
Otro aspecto importante de la revolución laboral tiene que ver con el medio ambiente. “La inversión en la transición verde y la mitigación del cambio climático, así como el aumento de la conciencia de los consumidores sobre los problemas de sostenibilidad, están impulsando la transformación de la industria y abriendo nuevas oportunidades en el mercado laboral”, dice el estudio.
En esta área se prevé que los perfiles especializados en sostenibilidad y protección ambiental aumenten un 33 % y un 34% respectivamente, lo que se traducirá en un crecimiento de alrededor de un millón de puestos de trabajo.
Sin embargo, las mayores ganancias absolutas en puestos de trabajo provendrán de la educación y la agricultura. Se espera que los empleos en la industria educativa crezcan alrededor del 10%, es decir, tres millones de empleos adicionales, mientras que en la agrícola serán especialmente demandados los operadores de equipos agrícolas, niveladores y clasificadores, con un aumento del 15% al 30% y unos cuatro millones de puestos de trabajo más.
El Gobierno español pide ayuda a las consultoras
El estudio del WFE continúa con un aluvión de datos y recomendaciones de las que estarán muy pendientes en los salones del poder. Es un secreto a voces que el Foro de Davos si no marca, al menos sí que condiciona la agenda política de los poderes públicos de naciones de todo el mundo, entre las que se encuentra España. El pasado enero, sin ir más lejos, la web oficial del Gobierno publicaba con todo lujo de detalles la intervención de Pedro Sánchez en el Keynote Speech, el principal acto del Foro en Davos «ante una audiencia formada por los líderes políticos y económicos reunidos en la ciudad suiza».
Significativamente, un artículo de El Confidencial reveló hace un par de semanas el encargo por nuestro Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital de un estudio que parece querer replicar a escala nacional el del WFE. “El temor a una destrucción de empleo y los cambios drásticos en el ámbito laboral que puede provocar inteligencia artificial han activado las alarmas del Gobierno. En pleno boom de aplicaciones como ChatGPT, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha encargado un amplio análisis de las implicaciones y riesgos que puede generar el uso de tecnologías inteligentes sobre la sociedad, y particularmente en el empleo”, escribe Juan Cruz Peña.
Según él, el departamento que lidera la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, “alerta de que entre los ámbitos susceptibles de sufrir una ‘profunda transformación’ está el empleo, donde advierte de que este es un ejemplo de impacto provocado por la inteligencia artificial”. Y por eso ha pedido a los expertos que se pongan manos a la obra. Según Cruz, consultoras como Indra, NTT Data, Accenture o Mckinsey se han postulado” para realizar el estudio.