Babbel analiza la evolución de los términos profesionales y su género en diferentes idiomas

Redacción3 marzo 20175min

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Las lenguas son un reflejo de la cultura y por medio de las mismas se observan los primeros signos de evolución de una sociedad. A la hora de comparar distintos idiomas se pueden descubrir, además de estructuras gramaticales diversas, otras mentalidades y reacciones diferentes. Babbel, la app que ayuda a hablar idiomas desde el principio, ha analizado diferentes idiomas para observar la evolución de algunos términos profesionales que se han usado al informar que una mujer ha llegado a cubrir un cargo importante.

España
La denominación femenina de los cargos no suele ser noticia, ya que el femenino en los sustantivos se forma (y se acepta) siguiendo las normas gramaticales. Sin embargo, existe un debate sobre el uso del masculino en los sustantivos cuyo género es considerado como “inclusivo”, como por ejemplo “miembros y miembras del parlamento”, ya que a pesar de ser gramaticalmente masculinos, deberían incluir ambos géneros.

Italia
Hace algunos años, en Italia se hizo famoso el siguiente titular: Il Ministro: sono incinta di due gemelli (El ministro: “Estoy embarazada de gemelos”). El hecho de que algunos términos profesionales femeninos sigan sin ser aceptados, como es el caso de sindaca (alcaldesa), provoca el uso de su versión masculina dando lugar a titulares curiosos como Il sindaco di Cosenza: aspetto un figlio! Il segretario Ds: Il padre sono io (El alcalde de Cosenza: “¡Estoy esperando un hijo!” El secretario Ds: “Yo soy el padre”). No obstante, existe un epítome en italiano sobre el uso correcto de algunos términos como Ministro/Ministra o Sindaco/Sindaca. Aunque haya algunas palabras como architetto (arquitecto), ingegnere (ingeniero) y deputato (diputado) que siguen siendo relacionadas con el género gramatical masculino, el órgano oficial de la lengua italiana, la Accademia della Crusca, aconseja su actualización.

Francia
En Francia es muy difícil realizar cambios lingüísticos de este tipo. A diferencia de Italia, es en realidad la Académie française, la institución principal para “salvaguardar la lengua”, quien se opone oficialmente a dichos cambios. Por ejemplo, para obtener el término “ministra”, debe añadirse la palabra Madame a “el ministro” creando así un híbrido curioso: Madame le ministre, es decir, “Señora el ministro”. Sin embargo, el debate sigue estando vigente y cada vez se está usando más el término Madame la Ministre (señora la ministra) en algunos acontecimientos oficiales.

Alemania
Generalmente, la lengua alemana añade un sufijo al sustantivo masculino. Se trata normalmente del sufijo “-in” en profesiones como Anwalt (abogado) y Anwältin (abogada). Sin embargo, en el caso de los cargos académicos, sigue usándose el término masculino precedido por la palabra Frau (mujer). Así pues, el título académico de “doctora de investigación” es Frau Doktor en vez de Doktorin. Cuando Angela Merkel se convirtió en la primera canciller alemana no estaba del todo claro el término que se debía usar: ¿cuál sería la forma más adecuada, Frau Bundeskanzler o Frau Bundeskanzlerin? Angela Merkel, por su parte, aclaró cualquier duda enseguida: ella era Frau Bundeskanzlerin.

Polonia
Normalmente, el femenino de las profesiones en polaco se forma usando el sufijo “-ka” al sustantivo masculino: nauczyciel – nauczycielka (maestro – maestra). El problema se vuelve visible cuando se descubre que el mismo sufijo se usa también para la forma diminutiva kawa – kawka (café – cafecito). Por eso conmociona la noticia de que una mujer política, como Joanna Mucha, ministra polaca de Deportes y Turismo del 2011 al 2012, decida no usar el término convencionalmente aceptado pani minister (señora ministro), sino la versión femenina “ministra” (calcada del latín), evitando así el posible neologismo ministerka (inexistente, al igual que ministra), para no hacer referencia al diminutivo.

Brasil
La mayor parte de los sustantivos en portugués son idénticos tanto para el masculino como para el femenino y solo cambia el artículo. Por ejemplo, la palabra chefe, jefe/a en español, es o chefe en masculino y a chefe en femenino. Sin embargo, Dilma Rousseff, presidenta de Brasil de 2011 al 2016, se llamaba a sí misma presidenta, aunque no fuera correcto gramaticalmente hablando, para dar relevancia a la forma femenina.


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