Nuestro corazón late en las redes sociales

Nacho Torres15 abril 20155min

latir

Autores: Adam Kramer, Jamie Guillory y Jeffrey T. Hancock (2012).

Facebook tiene alrededor de 1320 millones de usuarios registrados alrededor de todo el mundo. La página es la más popular para subir fotografías, con estadísticas de más de 83 millones de fotos subidas a diario. El 3 de noviembre del 2007, había siete mil aplicaciones en el sitio, cien agregadas cada día y en enero de 2010 superaban las 500.000.

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DISEÑO DEL EXPERIMENTO

El experimento se hizo en la más absoluta discreción a un tamaño muestral de 689.003 usuarios dados de alta en la red social Facebook de forma aleatoria. Se pretendía estudiar en qué medida se produce un contagio emocional a través del uso de la red social, sin intervención de mecanismo “no verbal” alguno, simplemente a través del tipo de mensajes que se cuelgan en los muros de los usuarios.

En Facebook, la gente con frecuencia expresa emociones, que más tarde son vistos por sus amigos a través de productos de Facebook como «News Feed”. Debido a que los amigos de las personas con frecuencia producen mucho más contenido que una persona puede ver, el News Feed filtra los mensajes, historias y actividades llevadas a cabo por los amigos.

El experimento manipuló el grado en que las personas fueron expuestas a las expresiones emocionales en su News Feed durante una semana. En unos casos se redujo la exposición a contenido emocional positivo de amigos en su News Feed, y en otros se redujo la exposición a contenido emocional negativo.

RESULTADOS OBTENIDOS

Cuando los mensajes positivos se redujeron en el News Feed el porcentaje de palabras positivas en las actualizaciones de estado de las personas disminuyó significativamente y el de los negativos aumentó. Lo mismo ocurrió en sentido inverso cuando se redujeron los mensajes negativos, siendo el porcentaje de palabras negativas más bajo y el de positivas más alto.

– El efecto abstinencia (las personas que estuvieron expuestas a un menor número de mensajes emocionales de uno u otro signo, tanto positivo como negativo), fueron significativamente menos expresivos en los siguientes días.
– En las redes sociales en línea la exposición a la felicidad continuada de los demás puede llegar a ser “deprimente” para los otros usuarios, produciendo un efecto de comparación social negativo.
– Las emociones expresadas por los “amigos” a través de redes sociales en línea influye en nuestro propio estado de ánimo, propagándose las emociones por contagio a través de toda la red.

CONCLUSIONES

Es evidente que las formas en que nos comunicamos y nos relacionamos han cambiado, dando lugar a nuevos escenarios de generación de emociones. Lo que está claro es que, sea cual fuere el canal, hay cosas que no cambian, como es el caso de la capacidad de influencia que podemos ejercer sobre los demás.

Si quieres que alguien esté más alegre y predispuesto empieza tú por estarlo, ya sabemos cuál puede ser el efecto de tu ilusión en la de los que nos rodean. Ahora bien, ten cuidado y no te pases, que la envidia está cerca y al acecho, “abstente” de ser feliz para no incomodar a otros con tu alegría. Menudo dilema entonces: ser feliz o ayudar a otros a ser feliz con tu infelicidad. Y quién nos iba a decir que las redes sociales también laten como el más fuerte de nuestros corazones…

Pedro Gómez Acebo, Director de Producción de 5Razones.

 


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