La comunicación interna es una comunicación matrimonial en donde una mentira dura una semana. El trabajador que no se queja se va, lo mismo que una pareja que no manifiesta su disconformidad». Con este gráfico símil ha descrito Manuel Tessi la realidad actual de la comunicación interna en la empresa. Este experto internacional ha participado en un taller de trabajo organizado por ORH en el que 25 profesionales de RR.HH. han podido experimentar el potencial de la narración con sentido que es el storytelling y cómo puede contribuir a recuperar la confianza de los empleados.
«Tradicionalmente la comunicación intraempresa quiere contar a los trabajadores quién es la empresa cuando son ellos quienes la conocen desde hace mucho tiempo. La CI no se puede quedar en la persuasión ni tampoco limitarse a un modelo publicitario o periodístico porque va más allá». Para Manuel, la comunicación corporativa es, sobre todo, una invitación a vivir en el verbo (lo que hago) y no sólo en el sustantivo (lo que digo), lo que para ser posible necesita identificar primero la vivencia que da sentido a la vinculación de cada persona con su trabajo. Ahí está el auténtico storytelling, el que es capaz de escuchar, de empatizar, de comprender y de relatar emitiendo el mensaje desde el corazón o, lo que es lo mismo, que sabe convertir conversaciones en engagement.

El principal enemigo del compromiso es la soberbia, «el peor de los pecados capitales» porque nos hace querer ser Dios, y lamentablemente es el que está más enquistado en la alta dirección.
En la medida en que somos lo que hacemos, en el modelo de Tessi la felicidad en el trabajo es posible sólo si se entiende como una decisión personal que conscientemente nos lleva a elegir las palabras con las que definimos nuestras experiencias. Querer pensar en positivo y lograrlo es posible con voluntad y entrenamiento, como también lo es encontrar las fortalezas en nuestras debilidades. «Una debilidad humana siempre tiene su fortaleza relativa», explica el experto, e invita a identificar las nuestras siguiendo el ejemplo del binomio «terquedad vs perseverancia».