El empleo despierta, aunque sea poco a poco. Al menos parece que los empresarios estamos en mejor disposición de contratar, basado en nuestra propia experiencia. Pero además lo recoge la Guía del Mercado Laboral 2016 elaborada por Hays, una de las principales compañías internacionales de selección de personal.
Casi 1.200 de los 1.700 empresarios españoles entrevistados para el informe han aumentado su plantilla recientemente o prevén hacerlo este año. Un dato que a pesar del fatalismo reinante sobre la situación de España, resulta alentador.
Pero a mí me llama la atención una de las conclusiones de ese informe: hay mucho miedo a perder talento. En palabras de Christopher Dottie, director general de Hays; “Las empresas han estado siete años eligiendo (y manteniendo) a sus profesionales sin mayores problemas y ahora empiezan a ver que algunos de sus mejores empleados se van”.
Muchas compañías están en una búsqueda acuciante de trabajadores con alta formación y capacidad innovadora que les ayuden a iniciar o completar la obligada digitalización de sus estructuras. Y se están dando cuenta de que esos perfiles son un bien muy escaso, por eso echan sus redes en aguas de la competencia para ver si los encuentran.
Ese temor hace temblar las piernas de todos los sectores, pero resulta más evidente en las tecnológicas: el 58% de sus directivos consultados está convencido de que se les va a abrir una vía de agua por la que se escape gente muy capaz.
AHORA TENEMOS PRISA PERO POCOS MIMBRES
En España se ha tardado mucho en emprender el camino sin retorno de la transformación digital en las organizaciones. Es ahora cuando queremos correr empujados por una realidad que imponen ya los usuarios y clientes, quienes exigen mucho más de las empresas en las que compran: personalización, inmediatez, servicios complementarios, comunicación que aporte valor, atención sin intrusión, buena reputación de marca en redes…
No se trata solo de tecnología, sino de un cambio profundo en la cultura empresarial que llegue a todos los departamentos de la organización. Y no consiste en comprar herramientas digitales, sino en construir grupos de trabajo que las utilicen para ser más productivos y eficaces.
Hablamos por tanto de las dos claves de esa transformación: personas y formación. Y eso es precisamente de lo que se carece. Según un estudio sobre las competencias digitales en las empresas elaborado por el Instituto de la Economía Digital de ESIC (ICEMD) y la consultora Millward Brown, hasta ahora solo un escasísimo 19% de las empresas españolas ha iniciado de verdad el camino digital. Dicho estudio está en línea con el que desde Tc publicamos en noviembre de 2015
Esa cifra muestra a las claras la colosal demanda de nuevo talento que se va a producir a corto plazo. Sobre esto debatieron recientemente directivos y expertos de compañías digitales en un foro (‘Hoy es Marketing’) organizado por ESIC. Allí se expusieron dos realidades y una solución ideal:
- Primera realidad. Lo resumió Miguel Ángel Turrado, director general de HP SCDS, una subsidiaria de Hewlett Packard: “El mercado adolece de vocaciones digitales. Faltan ingenieros y expertos”.
- Segunda realidad. Explicada por Marina Specht, CEO de MRM/McCann España: “Es muy difícil que las compañías avancemos cuando nos ocupa diez semanas encontrar buen talento digital en España, incluso estamos saliendo fuera a ficharlo”.
- Y la solución. Ante la falta de formación académica, deben ser las propias empresas las que impliquen a sus trabajadores en un proceso de reciclaje y aprendizaje guiado por líderes digitales, generadores de una nueva cultura que cale desde el CEO hasta el departamento menos relevante de la organización.
La propuesta es lógica, pero también lleva a un círculo vicioso : ¿dónde encontramos a esos líderes digitales? Todo apunta a que en estos momentos, el mayor esfuerzo debe ser mantener y alimentar el talento que ya habita en nuestra compañía.
Leído: Post «Transformación digital sin talento, un jardín sin flores», por Juan Luis Polo.
