Con este titular, el director de RR.HH. del Banco Popular-e, Ramón del Caz, habla en su blog sobre el problema que atañe a las compañías que se dejan arrastrar por la mediocridad hasta tal punto que les afecta en el liderazgo, provocando que sus resultados sean negativos.
Esta reflexión le viene al leer un artículo sobre el papel que tuvo el management y su erróneo posicionamiento respecto a la gestión de emociones, en el deterioro y hundimiento de una compañía referente y sólida hace poco más de una década en el entorno digital: Nokia.
Esa lectura le evocó a Del Caz el “fenómeno tristemente, cada vez más frecuente en las organizaciones, y que yo denomino como el efecto perverso de la marea de la mediocridad”.
Una expresión con la que hace referencia a “un fenómeno lento, paulatino y a su inicio casi inapreciable, pero inexorable en su crecimiento y en la generalización correlativa de sus efectos empobrecedores y negativos”.
Eso son “personas temerosas, excesivamente conservadoras, interesadas y anormalmente ambiciosas, que tienden a ocultarse bajo una capa de humildad”. Con ello, se refiere a “pelotas con poder”.
Unos “pelotas” que, como dice Del Caz, logran apoltronarse en el cargo, llevando a la organización a su hundimiento, como en el caso de Nokia que inspiró la entrada de su blog.
Ramón del Caz (@Ramondelc), Director de RR.HH. en Banco Popular-e. Autor del blog ramondelcaz.com.