Muchos de vosotros estaréis de acuerdo que una de las mejores cosas que podías tener en la juventud/adolescencia era un hermano pequeño que cargará con las culpas para tu poder escaquearte del castigo pertinente… otra opinión tendréis aquellos a los que os toco ser, como es mi caso, ese hermano pequeño que cargaba con las culpas del simpático de tu hermano.
Pues el área de RR.HH. es nuestro hermano pequeño, y siempre que nuestras mediocres habilidades de gestión nos generar algún problema con nuestros equipos desviamos la mirada y lanzamos el dedo acusador hacia este área, que como es normal, tiene la culpa de todo lo malo que ocurre en nuestro equipos.
La semana pasada, hablaba con la responsable de Formación y desarrollo de una multinacional española, que me comentaba una de estas jugadas maestras de un gestor de su empresa, que ni corto ni perezoso en el proceso de evaluación del desempeño planteo al equipo de RR.HH. que todos en su área eran muy buenos y que no venía mejoras aparentes, y que desde su punto de vista todos podrían ser promocionados o al menos se merecían una buena subida…. Y ante la insistencia de la persona de RR.HH. ,que revisaba los resultados de la evaluación, en que no podía ser que justo en su área estuvieran todos los cracks de la compañía, el responsable dijo que si querían cambiar algo que lo hicieran desde RR.HH. que el creía que sí que eran todos excepcionales.
Lo que a priori podría parecer un gran responsable que defiende a capa y espada los intereses de su equipo, es realmente alguien que no quiere tomar decisiones y lo más rápido de todo es trasladar su problema al departamento de RR.HH.
Creo que existe un gran error de concepto en cuanto al rol que jugamos en las empresas en cuanto a la gestión de las personas, o al menos esta teórica falta de conocimiento fomentada en parte por los que se ayudan de la confusión es algo con lo que tenemos que acabar, y para que quede claro lo voy a explicar sencillamente.
El área de gestión de personas o RR.HH., se encarga de definir tanto la estrategia como las acciones (políticas y procedimientos) vinculadas a facilitar y homogeneizar la gestión de los diferentes procesos por los que pasa cualquiera de los empleados de nuestra organización (selección, formación, desarrollo, evaluación, compensación, clima… ) así como desarrollar herramientas y trasladar los conocimientos y el soporte necesario para que los encargados de la gestión de las personas lo hagan de manera correcta.
Pero NO GESTIONA PERSONAS!!! Y como podéis comprender NO pueden ser los responsables del mal uso de estos procesos o políticas que han diseñado.
Los responsables de equipos o gestores de personas, son estos los “jefes” los que son los verdaderos responsables de la utilización de estas herramientas y de tomar decisiones en relación a sus equipos, tanto las buenas como las no tan buenas.
¿Quién creéis que tiene más información y criterio para decidir quién puede tener más capacidades para asumir un nuevo rol? o ¿Quién realmente se merece un aumento por encima de la media? o ¿Quién no está cumpliendo con los resultados esperados?
Pues está claro que sus responsables directos, y volviendo a la conversación que os mencionada como ejemplo, nadie duda que el responsable del área en cuestión tenga razón cuando dice que todos son muy buenos y que todos se merecen promocionar pero ¿y si sólo tenemos dos vacantes para promocionar? ¿Se lo juegan a los chinos? O ¿realmente si que existe alguien algo mejor que los demás?
Lo que se esconde detrás de esa actitud es el miedo a tomar decisiones y tener conversaciones en las que realmente se gestiones las expectativas de los equipos.
Es muy fácil ser jefe o responsable cuando lo que tenemos que decir es positivo pero lo negativo no nos gusta tanto y para eso utilizamos el comodín de RR.HH., Pasamos de la gestión en primera persona del singular “TE VOY A PROMOCIONAR”, “TE VOY A SUBIR XX% TU SALARIO” o “TE VOY A DAR EL MASTER ESE QUE ME PEDISTE” a la tercera persona del plural cuando las cosas no son tan buenas, “LOS DE RR.HH. NO ME HAN DEJADO PROMOCIONARTE” “OTRA VEZ MÁS NO ME DEJAN SUBIRTE EL SUELDO”, “YO ESTOY ENCANTADO CONTIGO PERO NO ME DEJAN HACERTE UN CONTRATO…” y muchas otras cosas que habréis oído a lo largo de vuestra carrera profesional.
Usar al área de RR.HH. como el enemigo común, siendo en muchos casos el blanco fácil de las iras y descontentos de las personas es algo que beneficia mucho a los gestores “chusqueros” que rondan por nuestras organizaciones.
Siempre es bueno tener como decía al principio a alguien a quién adjudicar nuestros errores y así evitar que las miradas se centren en el que realmente no realiza su trabajo y este pasa de ser nuestro hermano pequeño, al amigo pagafantas o a los demás conductores cuando vamos al volante y a RRHH cuando nos enfrentamos a esta difícil pero maravillosa tarea de la gestión de personas.
Lo que tenemos que hacer desde RR.HH. es ayudar a mejorar las habilidades de los gestores de personas, y no permitir que personas que no cumplen con el perfil lleguen a gestionar, ya que ese es el verdadero problema de las organizaciones. Si tu eres malo pues la repercusión negativa se quedará en tu propia persona y en los resultados de tu trabajo, pero si tu eres un gestor de personas malo, el problema es que tu mala gestión será como una gota de aceite en un vaso de agua extendiéndose en la organización.
Convertir a RR.HH. en el tonto útil es de mal gestor y ese es el gran reto de las organizaciones, que sus mandos medios y responsables de personas asuman y realicen su rol de verdad y no jugando al despiste por su falta de habilidades y creando falsos enemigos por no gestionar las expectativas de las personas.
“Estar preocupado es ser inteligente, aunque de un modo pasivo. Sólo los tontos carecen de preocupaciones”
Goethe
