Según el científico Christopher Wanjek, las inversiones en nutrición se reembolsan mediante una reducción de los días de baja por enfermedad y de los accidentes, así como una mejora de la productividad y el estado de ánimo.
Según datos publicados desde la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, por cada euro que una empresa decide invertir en la promoción de la salud en el trabajo obtiene una rentabilidad de dicha inversión de entre 2,5 € y 4,8 €.
Son cada vez más las empresas concienciadas, las que marcan objetivos nutricionales tales como la prevención del sobrepeso, la obesidad y enfermedades crónicas degenerativas, promoviendo hábitos alimentarios saludables entre sus trabajadores a través de Programa Profesionales e Integrales de Nutrición que se incluyen dentro del concepto de Empresa Saludable.
Para ello se llevan a cabo distintas acciones, desde la implementación de menús saludables en el comedor de las empresas, hasta programas más personalizados que incluyen una primera fase donde se elaboran tres tipos de diagnósticos (ACD) desarrollados por profesionales nutricionistas con instrumentos y técnicas estandarizadas.
1.- Un diagnóstico Antropométrico del trabajador, donde se evalúa el peso, la estatura, el índice de masa corporal (IMC), el porcentaje de grasa corporal , y el porcentaje de masa muscular y circunferencia abdominal del empleado.
2.- Un diagnóstico Clínico. Donde se analizan los antecedentes hereditarios y se identifican los patrones de riesgos.
3.- Un diagnóstico Dietético para valorar los hábitos alimentarios de cada trabajador.
En una segunda fase, se implementan los conocidos Planes de Acción, a partir de los diagnósticos realizados anteriormente.
Estos planes de acción incluyen desde consultas de nutrición individualizadas (presencial u online) con el equipo de nutricionistas, pasando por talleres de nutrición con los temas de interés según el diagnóstico; difusión gráfica saludable sobre las temáticas prioritarias arrojadas en el diagnóstico o incluso talleres de nutrición a hijos e hijas de la plantilla de trabajadores o charlas con el personal de servicios de alimentos de la empresa.
Las acciones para fomentar una vida saludable son un intangible que las empresas cada vez valoran más dentro de sus políticas, no sólo de Recursos Humanos, sino también de Responsabilidad Social.