
A finales de los años noventa, cuando Ed Michaels, Helen Handfield-Jones y Beth Axelrod, de McKinsey, escribieron el libro The War for Talent, dijeron a las compañías que debían remover el cielo y la tierra para reclutar y promocionar al mejor talento, pero nadie les creyó. El tiempo ha pasado y la profecía anunciada no sólo se cumplió, sino que fue superada porque la situación se ha puesto aún mucho peor; sin embargo, un gran número de empresas parece todavía no haberse enterado. Muchas incluso no saben siquiera cómo definir el talento, cuánto más identificarlo, segmentarlo y gestionarlo. Sin embargo, no hay otra salida… si se quiere jugar en la liga de las estrellas para competir en un escenario global y sofisticado, la única forma de hacerlo es contar con las mejores figuras en su equipo; es decir, con los mejores TATAs, que son los dueños del imperio global en el que compiten las compañías.
Por José Manuel Casado, Socio de 2.C Consulting.
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