El microlearning es un modelo formativo, que poco a poco se está imponiendo y que consigue unos óptimos resultados de aprendizaje a corto plazo. Se caracteriza por utilizar dinámicas formativas directas, fundamentalmente en vídeo, estructuradas en pequeñas unidades de contenido y enfocadas a cuestiones concretas, dentro de un entorno de conocimiento estratégico y monitorizado.
«Existen varias razones que explican el gran avance del microlearning», indica Pablo Lobato, CEO de SmartMind, «fundamentalmente es porque las expectativas de los empleados son muy altas, por el tipo de contenidos digitales que consumen en su actividad diaria, por ello necesitan poder acceder a las áreas formativas de forma rápida, sencilla y flexible conforme a su entorno laboral». Y añade, «además, permite itinerarios personalizados en función de sus necesidades, mediante vídeo, podcast, gráficas locutadas, motion graphics, pantallas de gran diseño,… y en la dosis adecuada».
Por otro lado, el microlearning permite crear cursos con narrativa de storytelling, que obliga a directivos y equipos a decidir constantemente qué camino seguir mientras se utiliza el factor sorpresa, inmersión, emoción y diversión en los guiones de cada curso, lo que consigue conectar intensamente con los miembros de la organización.
En este contexto, esta metodología aporta ventajas tales como mantener la atención, en un nivel que no se conseguía desde hace mucho tiempo, en cualquier tipo de curso y nivel de conocimiento; se incrementa mayormente la retención de lo aprendido; permite validar lo que se aprende, sin necesidad de formatos de evaluación tradicional; compara el avance de los alumnos o su opinión respecto a determinadas cuestiones; se mejora la motivación y la predisposición a la formación; y se promueve una escucha activa sobre calidad y funcionamiento del curso en tiempo real.
Los aspectos clave para el desarrollo eficaz de cursos de microlearning son:
- Foco. Hay que centrar los objetivos de aprendizaje para resistir la tentación del lucimiento o de incluir contenido por rellenar espacio.
- Ser breve. Los empleados valoran su tiempo, por lo que es fundamental calcular bien la duración correcta para cada curso.
- Multidispositivo. Parece evidente, pero conviene recordar que los contenidos van a ser utilizados en todo tipo de dispositivos y, evidentemente, hay que garantizar el funcionamiento y la experiencia en todos ellos.
- Alta calidad en la producción. El nivel de exigencia de los empleados es muy alto, porque consumen contenidos digitales de gran calidad de manera constante en sus plataformas de entretenimiento preferidas.
- Emoción. El microlearning es un nuevo formato, que abre sin duda nuevas vías en el mundo de la formación, pero el nivel máximo se alcanza cuando es capaz de incorporar componentes emocionales a la historia. La emoción garantiza el máximo nivel de conexión.
- Cultura y valores. Es un formato que permite, como ningún otro, proyectar al contenido la esencia de los valores de la compañía en la que se trabaja.
- Audiovisual. Actualmente, todo se está volviendo interactivo y audiovisual, por lo que no hay futuro en formación que sea ajeno a esta realidad.
Pablo Lobato concluye, «además, el microlearning permite la creación de bibliotecas de conocimiento perfectamente etiquetadas, que a través de diferentes fórmulas como comandos de voz te permiten acceder con facilidad a los contenidos que realmente se necesitan y, simultáneamente, permite crear otros cursos».