La relación entre el jefe y el empleado es una de las más complicadas que se conocen, porque es -entre otras cosas- una forma natural de lidiar con el estrés laboral y con los problemas de oficina. Y es precisamente por esa difícil naturaleza por la que, en muchas ocasiones, lograr una fuerte cultura empresarial no es tarea sencilla, aunque poco a poco las compañías le dan cada vez más peso y toman más decisiones al respecto.
En cuanto a esta relación de autoridad, las normas han cambiado en las últimas décadas. El superior autoritario, inflexible, poco empático y que no escucha, sigue existiendo, pero los estudios demuestran que este tipo de actitudes son perjudiciales para los intereses de las empresas. El 83 % de los trabajadores piensa que un manager efectivo es esencial para liderar un equipo, pero solo el 19 % de ellos siente que la mayoría de las veces han trabajado con un buen manager de equipo, según un estudio de Opinion Way.
«La productividad de los empleados está íntimamente relacionada con la motivación, el respaldo, la confianza y el sentimiento de pertenencia que siente cada uno en su empresa”, afirma Yoann Artus, Country Manager de Payfit, que apunta que el jefe es “el encargado de fomentar todos estos sentimientos, aunque, por supuesto, no es el único responsable”. Y es que, a veces, el mejor líder es el que sabe tener contentos a todos los que han de seguirle, porque de esta manera, además de cumplir en el día a día, es cómo se consigue que, cuando toca dar un plus, el empleado lo haga sin dudar.
Para los trabajadores los valores con los que comulga la empresa son la pieza vital a la hora de plantearse su futuro, tanto de puertas hacia afuera, como cuando se cierra la puerta internamente. Un buen ambiente laboral es fundamental en una oficina. Es el primer paso para conseguir, al menos, acercarse a los objetivos. También se ha demostrado que la cultura empresarial mejora cuando el jefe explica las decisiones a los empleados.
Según un estudio de Jobatus, el 37 % de los empleados considera que la comunicación debe ser la mayor cualidad del responsable, seguido por la capacidad de establecer objetivos claros, el apoyo y la comprensión.
“Si tú le explicas a los miembros de tu equipo las razones que te han llevado a tomar un camino u otro, así como por qué sigues una estrategia y no otra, vas a generar empatía hacia ti y, por tanto, mantener un compromiso en el trabajador”, argumenta Artus.
“Del mismo modo, si además de explicarles las razones, les haces partícipes, vas a conseguir que se sientan importantes y vean su impacto directo, por mucho que seas tú el que termines decidiendo”, añade.
La escucha activa, la humildad, la empatía y la capacidad de comunicar son las habilidades más valoradas por el 42 % de los españoles, según un estudio de la bolsa de empleo privada Infojobs, que solo pone por encima el reconocer y apreciar los logros de sus empleados, además de tratar bien al equipo (con un respaldo del 47 %).
Si algo ha dejado claro el profundo proceso de reinvención de las empresas tras el inicio de la pandemia en 2020, es que las nuevas corrientes laborales como la flexibilidad laboral o el teletrabajo están provocando que cada vez más los empleados valoren otras condiciones a la hora de permanecer en sus puestos de trabajo o escoger un empleo. Además, el fenómeno denominado ‘la gran renuncia’ ha llegado a España. Se calcula que el 25 % de los españoles tiene planificado dejar su empleo tras su experiencia de trabajar desde casa. Es el país europeo con el porcentaje más alto ante esta cuestión, según un estudio de Adecco Group. La cifra es muy similar a nivel mundial, donde es ligeramente superior (27 %). Esto es algo que los managers y reclutadores deben tener en cuenta para retener el mejor talento para sus empresas.
Queda claro que la relación entre los responsables y sus plantillas ha de mantener una comunicación fluida, tanto para el beneficio de la empresa en cuanto a sus resultados, como para que el jefe mantenga reforzado su rol.
Cada vez más compañías usan soluciones de RRHH para que líderes y departamentos de Recursos Humanos puedan fortalecer este punto, conscientes de la importancia que ha adquirido la comunicación en todos los aspectos de la empresa.
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