Cultural Fit no es más que comprobar realmente que el candidato encaja a la perfección en la cultura corporativa de la empresa. Si utilizamos esta estrategia para el reclutamiento y detección de candidatos afines a nuestra compañía ahorraremos tiempo y costes en cuanto a la adaptación del candidato al trabajo.
Si sus valores y los de la compañía coinciden, el proceso será mucho más ágil y sencillo puesto que tendremos asegurado que el nuevo empleado se va a integrar e implicar en su puesto de trabajo y, lo más importante, acorde a la filosofía de la empresa.
Como sostienen en el blog de TalentClue, el Cultural Fit es vital y no solo para las empresas, el nuevo empleado se sentirá mucho más motivado y satisfecho si se encuentra alineado con los valores de su nuevo empleo. Su rendimiento y aportación se verán reflejados en un mayor nivel de compromiso y, por ende, en un aumento de su productividad.
Tan importante es la conexión emocional que algunas compañías han optado por guiarse a través de los valores y no a través de las habilidades o conocimientos puramente técnicos. ¿Por qué? La falta de conocimientos se corrige con formación, pero si no hay conexión con la cultura corporativa al principio, no la habrá nunca.
EL PAPEL DEL RECLUTADOR
El éxito de este método de reclutamiento dependerá, en gran medida, de los profesionales de selección que tendrán que conocer los valores de su compañía como la palma de su mano. Al contrario de lo que se pueda suponer, el Cultural Fit no busca candidatos iguales, sino que tengan unos valores comunes y que éstos se vean reflejados en una gran diversidad de perfiles diferentes.
En este sentido, las preguntas que lanzaremos a los candidatos podrían ser:
- ¿Qué te atrae de la empresa?
- ¿Por qué quieres trabajar aquí?
- ¿Conoces nuestra filosofía?
- ¿Crees que encajarías?