Bienestar del pensamiento

Nacho Torres23 septiembre 201513min

Las organizaciones que se preocupan por crear entornos de trabajo saludables deben incluir en su agenda de medidas el “bienestar del pensamiento”.

Las empresas son centros de toma de decisiones en todos sus niveles de responsabilidad: decisiones estratégicas, en los niveles más altos; decisiones de planificación, en los niveles de mando; y decisiones operativas que deben de tomar quienes ejecutan las tareas.bienestar del pensamiento

La toma de decisiones es un proceso que libera nuestra energía y genera bienestar, potenciando la autoestima y favoreciendo la participación y el compromiso cuando se realiza de forma adecuada y en un entorno que lo propicie. Sin embargo hay directivos convencidos de que “pensar” es una cualidad que sólo debe ser ejercitada por un grupo de élite.

Aunque estemos de acuerdo que todo el mundo debe ser capaz de pensar y tomar decisiones sea cual sea su puesto en la organización, la idea de “bienestar de pensamiento” seguramente no la tengamos incorporada como una necesidad.

Si buscamos en google “estar bien” encontraremos 13.100.000 de referencias repartidas entre estar bien físicamente (nutrición, ejercicios, estética, etc.) y estar bien emocionalmente (paz interior, control de las emociones, relaciones interpersonales, etc.). Nada relacionado con el pensamiento.

Si hacemos una segunda búsqueda, en este caso tecleando “pensar bien para estar bien” aparecerán 1.000.000 de referencias. En las primeras páginas la mayoría de estas referencias aparecen bajo el epígrafe “pensar bien para sentirte bien” que es el título de un libro del que traemos una reseña para hacernos idea de su contenido:

Este libro está escrito por el psicólogo y psicoterapeuta cognitivo Walter Riso. En él trata como la mente humana a la hora de procesar la información puede ser responsable de nuestro sufrimiento. Que debemos crear pensamientos motivadores que nos permitan una vida saludable y en armonía. Muchas veces sufrimos por recuerdos distorsionados, por pensamientos negativos que no nos permiten apreciar la realidad con claridad. La premisa de este libro es que si pensáramos mejor, actuaríamos y nos sentiríamos mejor. Pero ¿cómo alejarnos de la irracionalidad que tanto daño nos hace? Como terapeuta, Walter Riso sabe que si bien es cierto que a menudo causamos nuestro propio sufrimiento, también lo es que somos capaces de revertir un proceso mental negativo. La mente humana no es exacta ni infalible a la hora de procesar la información y de reflexionar sobre ella, pero afortunadamente tenemos la capacidad del darnos cuenta de nuestros errores y desaprender lo aprendido. Pensar bien.

En este párrafo vemos cómo relaciona el autor el pensamiento con un estado de ánimo negativo, que es el enfoque que se aborda en la mayoría de las referencias que hemos podido leer. No obstante, éste no es el enfoque que nosotros queremos darle al “bienestar del pensamiento”. Defendemos que el “bienestar del pensamiento” es una característica de las personas y de las organizaciones que les permite enfrentarse a los problemas de forma lógica y sistemática, tomando decisiones sopesadas y racionales, aportando creatividad y mejorando los resultados de la organización, de forma que esto genera satisfacción y provoca un estado de bienestar que invita a repetir y comprometerse con el proceso.

El “bienestar del pensamiento” se apoya en tres pilares: Optimismo, Pensamiento analítico y Creatividad.

OPTIMISMO

El optimismo está relacionado con la forma en que nos explicamos a nosotros mismos lo que nos ha ocurrido o nos puede ocurrir.

Para Martin Seligman, uno de los padres de la psicología positiva, el optimismo tiene tres dimensiones:

1. Permanencia. Se refiere al tiempo, a la duración que tendrán las cosas.

– Las cosas son permanentes, duran “siempre” (siempre tengo mala suerte, siempre me tocan malos compañeros, siempre me estás echando la bronca, siempre consigo todo lo que pretendo).
– Las cosas son circunstanciales, se refieren a “esa ocasión”, “últimamente” (últimamente tengo mala suerte, en esta ocasión me han tocado malos compañeros, ahora me he esforzado y he conseguido lo que pretendía).
– El pensamiento permanente es bueno para potenciar el optimismo cuando lo utilizamos para las cosas buenas que nos ocurren y malo si lo aplicamos a las cosas malas (pues no nos deja salida).
– El pensamiento circunstancial es bueno si lo aplicamos a las cosas malas que nos ocurren y no tan bueno si lo aplicamos a las cosas buenas.

2. Amplitud. Hace referencia al alcance de lo que pensamos. Puede ser universal (“todos”) o específico (“alguien” o “algo” en concreto): “todos los suecos son …” “todos los libros de autoayuda son…” “este libro de autoayuda es …”

– El alcance universal favorece el optimismo cuando se refiere a cosas buenas, y lo perjudica cuando hace referencia a cosas malas.
– Pasa al contrario con el alcance específico, que es bueno para el optimismo en cosas malas y malo en las buenas.
La Esperanza. La esperanza depende de la amplitud y de la permanencia de nuestra pauta explicativa. Hallar las causas circunstanciales y específicas de los contratiempos que nos pueden ocurrir ya que las causas circunstanciales limitan el sentimiento de impotencia en el tiempo; mientras que las causas específicas lo limitan a la situación original.
– La esperanza se puede medir a través de los items de amplitud y de permanencia “malos”.

3. Personalización. Supone achacarse la responsabilidad de lo que nos ocurre “soy un mal deportista”: personalización interna; o achacarlo a factores externos a nosotros. “el contrario jugó mejor que yo”: personalización externa.

– Al igual que con los factores anteriores, este puede ser bueno o malo para fomentar el optimismo si lo utilizamos en el mismo sentido que hemos indicado antes.

El optimismo puede aprenderse, aunque no es sencillo ya que el pesimista suele verse como realista y considerar al optimista como un ingenuo que no es capaz de ver las cosas con su crudeza real.
PENSAMIENTO ANALÍTICO

Éste está considerado una competencia, una cualidad que mejora el desempeño profesional, que se define como la capacidad para comprender las situaciones y resolver los problemas, a base de separar sus partes constituyentes, meditando sobre ellas de forma lógica y sistemática.

Las personas que poseen esta capacidad pueden:

– Analizar los problemas confeccionando una lista de tareas o actividades.
– Analizar las relaciones entre algunas partes de un problema o situación, estableciendo cadenas causales y prioridades para las tareas en orden a su importancia.
– Ver relaciones múltiples. Reconocer las consecuencias de tomar determinadas decisiones. Generalmente, se anticipan a los obstáculos y piensan sobre los pasos siguientes a dar.
– Hacer análisis complejos. Sistemáticamente separar las diferentes partes que componen un proceso o problema y utilizar varias técnicas para encontrar la solución.
– Realizar planes o análisis muy complejos, utilizando técnicas específicas, aportando varias soluciones a un problema y valorando cada una.

Como vemos, los niveles superiores de esta competencia indican la utilización de técnicas concretas para analizar los problemas, de forma que un modo sencillo de hacer extensiva esta capacidad dentro de una organización es la de divulgar herramientas de análisis de problemas y toma de decisiones, desde el popular “Brainstorming” hasta el más complejo modelo de Kepner-Tregoe, pasando por otros como el propuesto por Edward de Bono, “Seis Somnbreros para Pensar”.

CREATIVIDAD

La creatividad está sobrevalorada. Se piensa que las personas creativas son seres especiales dotados de un don escaso, cuando, por el contrario, la creatividad es una característica de la raza humana. Lo que nos diferencia de otros animales es nuestra capacidad para trabajar con conceptos abstractos, para relacionar cosas y para encontrar nuevas soluciones a los problemas. Todos somos creativos, lo único que hace falta es que se nos den facilidades para demostrarlo.CREATIVIDAD

No obstante no todos podemos ser creativos sobre cualquier materia y en cualquier momento. La creatividad requiere tener:

Destrezas propias del campo: Nadie puede ser creativo en un área que desconoce. Hayes analizó 76 compositores y pudo observar que necesitaron 10 años para crear su primera gran obra (Mozart comenzó a estudiar música a los 6 años y compuso su “concierto para piano nr 9” a los 20).

Destrezas creativas generales: Conocimiento heurístico para generar ideas novedosas (técnicas de indagación y descubrimiento) y talento. Para José Antonio Marina el talento es la inteligencia triunfante y, siguiendo las investigaciones de Gardner sobre las inteligencias múltiples, podremos deducir que no todas las personas tienen la misma capacidad numérica, ni espacial, ni musical, ni motora…por lo que cada uno puede ser especialmente brillante en la creatividad que se relaciona con su talento.

A estas dos cuestiones de tipo personal hay que añadir un estilo de trabajo favorable que potencie las aportaciones individuales festejando los éxitos y que no penalice los errores.

Motivación por la tarea: Por último las personas tienen que estar motivadas por lo que hacen. La actitud hacia la tarea es un elemento fundamental para fomentar la creatividad, pero como la motivación es un factor intrínseco, aquí sólo vale preocuparse por las personas, por lo que les interesa y saben hacer bien, para que se encuentren bien ubicadas.

Para implantar la creatividad en las organizaciones hay que derribar algunos mitos como que:

1. Para la creatividad sólo se necesita el “pensamiento divergente”, el “convergente” no es necesario, como manifiestan algunas técnicas como el “Brain Storming”
2. Para ser creativos hay que ser un genio. Si no soy un genio no vale la pena intentarlo.
3. La solución creativa aparece repentinamente (insight). La tesis de este mito sostiene que la solución creativa aparece repentinamente en la conciencia (insight) como consecuencia de una reestructuración espontánea inconsciente. Consecuencia: El insight se obtiene cuando se rompe con las fijaciones perceptivas y se analizan los condicionantes concretos del problema.

Cuando la realidad es que el proceso creativo es:

1. Continuo. La obra creativa se elabora gradualmente a base de acumular pequeños avances.
2. Consciente. Se basa en un proceso intencional, consciente.
3. Tanto divergente como convergente. La obra exige una alternancia de ambos tipos de pensamiento.
4. Universal. La capacidad para crear está presente en cualquiera de nosotros.

Las empresas que deseen crear entornos de trabajo saludables deben preocuparse por el bienestar del pensamiento de sus miembros, enseñando optimismo, facilitando y trabajando con herramientas concretas de análisis de problemas y toma de decisiones y favorecer la creatividad promoviendo su generalización.

Y ya para terminar les propongo solucionar un problema de “insight”: Reordene las letras RABLANAPUA para formar una palabra.

José Luis Dirube, Socio Director de POP Omega.


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