Está demostrado que los lugares de trabajo son un aspecto que afecta directamente en la productividad de los empleados que trabajan en ellos. La evolución de las nuevas formas de trabajar no solo afecta a las técnicas, metodologías o costumbres; si no que también afecta a los espacios de trabajo, que evolucionan de lo formal a lo informal.
Cada vez más organizaciones se percatan de que los espacios de trabajo informales facilitan la comunicación y el trabajo en equipo, la mejora de su diseño afecta positivamente en la actitud y la predisposición de los empleados: luz apropiada, ergonomía, tecnología multitarea… La funcionalidad y la comodidad son dos aspectos principales en un lugar de trabajo. Se han acabado los pasillos llenos de paneles sin sitio para reunirse, excepto las salas de reunión que siempre están reservadas o que son demasiado grandes. Se ha acabado el colocar una silla en el puesto de trabajo del compañero de al lado para mantener una reunión.
Actualmente, las compañías buscan crear zonas informales alineadas con la cultura corporativa, la satisfacción y la productividad de los empleados. Las zonas informales suelen ser utilizadas entre 15 y 30 minutos con un máximo de 5 personas. Estos espacios han de ser confortables, coloridos y dotados de las herramientas necesarias como puede ser una excelente conectividad o paneles fonoabsorbentes para evitar la propagación del sonido.
Según Ofita, estos nuevos espacios de trabajo dan lugar a reuniones de trabajo, y no de ocio, espontáneas, informales e improvisadas que pueden ser el origen de ideas revolucionarias e innovadoras por parte de los propios empleados.