Ni tener horchata en las venas ni estar saturado de adrenalina. El estado óptimo entre el estrés y la productividad se encuentra a medio camino, ni uno ni otro. Como se explica en el blog 20ochenta, el rendimiento aumenta con la excitación fisiológica o mental como puede ser el estrés, pero hasta cierto punto, pues es cierto que cuando el nivel de estrés es demasiado alto, el rendimiento disminuye.
La forma de la curva depende según la función de la complejidad y la familiaridad de la tarea a la que nos enfrentamos. Dependiendo de la tarea se requerirán unos niveles de excitación para un rendimiento óptimo. Las difíciles o poco comunes requieren menores niveles de excitación para facilitar la concentración. En cambio, las tareas que exigen resistencia demandan mayores niveles de excitación para aumentar la motivación.
Cuando trabajamos bajo presión percibimos que algo importante depende del resultado de nuestro esfuerzo y desempeño. Cuando la tarea parece realmente importante la angustia aumenta, por esta razón es importante centrar nuestros niveles de estrés en márgenes productivos y no dañinos.
Hablemos de distrés (estrés del malo) y eustrés (estrés del bueno).
CONSEJOS PARA EUSTRESARNOS
- Aumenta el control. Los líderes con mayor experiencia y responsabilidad muestran menores niveles de estrés que aquellos con menos responsabilidades sobre su espalda. Independientemente de la posición que se ocupe en la organización es posible controlar el nivel de estrés para aumentar la sensación de control.
- Encuentra más oportunidades de ser auténtico. Trata de encontrar maneras de expresar lo que eres en el trabajo y no te ajustes a las opiniones de terceros ni te acoples a sus agendas dejando en un lugar secundario la propia.
- Usa rituales. Las manías no son tan malas como se cree. Los rituales pueden mejorar el rendimiento porque al hacerlos nos sentimos más seguros y confiados, reducen el estrés, nerviosismo y ansia.
- Deja huecos para pensar qué hacer ante posibles problemas. Llenar hasta límites insospechados la agenda solo consigue asfixiarnos por las numerosas tareas que tenemos que entregar. Esta situación reduce la eficiencia y productividad.
- Aunque tan solo sean cinco minutos. Uses o no la técnica de Pomodoro es necesario hacer pausas: estirar, andar, beber agua… Son acciones que reducen el cansancio mental.
- Organiza tu lugar de trabajo. El orden es fundamental.
- Evita las distracciones. Si necesitas tiempo para terminar algo avisa a tus compañeros para que no te interrumpan, apaga el móvil y céntrate.
- Desconéctate del trabajo. Si has decidido que estás de vacaciones deja tus tareas cubiertas con antelación y olvídate.
Un comentario
Felipe Castro
31 mayo 2016 at 05:09
Excelente post lo compartiré, muchas gracias pro aportarlo.
http://primerotusmetas.com
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