10 recomendaciones para ‘reenamorarnos’ de nuestro trabajo

Redacción30 mayo 20176min
El Centro de Estudios del Coaching (CEC), la escuela de Coaching especializada en coaching ejecutivo, ha emitido un listado con diez recomendaciones dirigidas a aquellas personas que creen que se han estancado profesionalmente por culpa de la rutina o las escasas oportunidades de desarrollo que encuentran en su actual puesto o empresa.

1) Asume que el escenario no cambiará por sí solo. Las personas tendemos a sentirnos espectadores de nuestra propia vida, como si todo viniera marcado por el destino. El primer paso para empezar a reenamorarte de tu trabajo es convertirnos en actores protagonistas de nuestra carrera y ponernos manos a la obra para modificar aquello que no nos gusta.

2) Haz inventario. Antes de plantearnos cómo podría mejorar nuestra situación, conviene saber con qué mimbres contamos. Por ejemplo, si lo que nos agobia es la sensación de no llegar a todos los temas, tal vez haya que pararse a valorar si estamos manejando más de los que podemos asumir y necesitamos, por tanto, ayuda, o si estamos gestionando bien nuestro tiempo y priorizando adecuadamente.

3) Se consciente de lo que puedes cambiar y lo que no. Siempre tenemos más margen de maniobra de lo que inicialmente pensamos. Seguramente habrá situaciones que no podremos cambiar, como los compañeros de trabajo que nos han tocado, los plazos de entrega de un determinado proyecto o ese cambio de oficinas que mi empresa ha decidido abordar. Pero siempre podemos modificar nuestros pensamientos y nuestras emociones asociadas, para vivir los eventos que nos suceden con más calma y aceptación.

4) Focaliza en lo positivo. Si estás desmotivado, seguramente te vendrán a la cabeza una larga lista de cosas que no te gustan de tu trabajo: los viajes constantes, la falta de desafíos profesionales, los jefes… Pero también puede que haya muchas cosas positivas que te dejas en el tintero. Poner el foco en los momentos concretos, instantes de luz o pequeños detalles, pueden ayudarnos a generar estados de calma, alegría, gratitud, plenitud, etc.

5) Habla. Las conversaciones son tu arma principal a la hora de provocar cambios, tanto si modificas las conversaciones que tienes contigo mismo, como si te atreves a generar nuevas conversaciones con tu entorno. Atrevernos a hablar y a expresar lo que nos pasa, nuestras necesidades, intereses, ideas o preocupaciones, puede ser muy reparador en la mayoría de los casos.

6) Abraza el cambio. A veces nos encontramos enganchados a las promesas y a las condiciones  laborales que teníamos cuando nos contrataron. Pero el mundo cambia y no es muy práctico resistirnos a evolucionar con él, porque sufriremos mucho y correremos el riesgo incluso de perder nuestro trabajo. Por otra parte, el cambio también nos trae escenarios nuevos y nuevas oportunidades de aprendizaje y de crecimiento profesional.

7) Olvídate del “la empresa me debe”. Llevar la cuenta mental de las veces que te has quedado trabajando hasta las tantas o que has puesto por delante  los intereses de la empresa a los tuyos, no conduce a nada bueno. Muchas veces nos encontramos con que estamos dando a la empresa más de lo que nos piden o de lo que es razonable pedir. Encontrar este equilibrio es importante para sentirnos bien. Puedo ofrecer mi trabajo, mi compromiso, mis ideas, mi aportación… pero no debo ofrecer mi salud, rompiendo el equilibro natural de trabajo/descanso, o renunciar a mis valores y principios y dar más allá de lo que me parece ético, justo o equilibrado.

8) Realiza peticiones. Hazte responsable de lo que das y recibes. No esperes pacientemente a que las cosas te lleguen, pide lo que consideras justo. Abandona el mundo de las expectativas e ingresa en el de las peticiones. Aprende a pedir y a negociar, de manera razonada y justificada, aquello que deseas o necesitas.

9) Hay otros caminos. Si no te gusta tu trabajo y crees que no hay vuelta atrás, échale valor y márchate. Quedarse en un lugar porque no tienes nada mejor a la vista no es una buena idea. Es un camino de sufrimiento con el  que lo único que conseguirás es convertirte en u trabajador mediocre.

10) Decídete. Pero si decides quedarte, hazlo con todas sus consecuencias y poniendo toda la carne en el asador para que tu trabajo vuelva a ser ese reto motivador y excitante que fue un día, cuando empezabas. ¿Te acuerdas?  Con la actitud adecuada, todos podemos ser felices en nuestro trabajo.

Para José Manuel Sánchez, socio director de esta escuela, es importante identificar esta sensación e implicarse personalmente en tratar de remediarla. “Siempre estamos esperando una intervención divina, que sean los demás, los compañeros, jefes o la empresa en general quienes cambien nuestra realidad. Pero la única persona que tiene la llave para que ese cambio se lleve a cabo somos nosotros mismos”.


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