Buscar trabajo es, en sí mismo, un trabajo que ha de lidiar con numerosos sentimientos a veces incluso contradictorios: incertidumbre, euforia momentánea, desorientación, inseguridad… La fortaleza interior es la competencia básica sobre la que hay que construir el itinerario a seguir y en el que no deben faltar, según explica la profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC Eva Rimbau, el siguiente check-list:
> Visualizar el éxito. La visualización es una buena manera de orientarse al logro. Proyectarnos en el futuro y vernos tal y como queremos ser aumentará nuestras probabilidades de éxito.
> Gestionar el estrés. Para un desempleado lo más complejo es mantenerse motivado en el tiempo y la ansiedad es el principal enemigo. Liberar tensiones a través del ejercicio físico, una dieta saludable, la relación con la familia y amigos y los hobbies contrarrestará los efectos del estrés.
> Programar los tiempos. Como en cualquier trabajo, la búsqueda de empleo necesita de su rutina: horarios, tiempos, sistemática… No se trata de un sprint sino de una carrera de fondo: más vale ser constante día a día que agotarse en una mañana.
> Registrar las solicitudes. Podrá comprobarse la cantidad de trabajo realizado y servirá de referencia al solicitante.
> Realizar el seguimiento. Para no obsesionarse con el resultado de cada solicitud enviada, es aconsejable dejar anotados todos los envíos en registro y volver a ellos pasada una semana o diez días. Entonces será el momento de enviar un mensaje electrónico a la dirección de contacto para expresar interés de forma cortés y educada. También es constructivo solicitar retroalimentación sobre el resultado del CV o de la entrevista.
> No tomar el rechazo como una cuestión personal. Las razones por las que podemos no encajar en un puesto pueden ser infinitas y ninguna tendrá que ver con nuestro yo más íntimo porque, entre otras cosas, el empleador no sabe realmente quiénes somos.
