Tan sólo el 27% de las mujeres en España ocupa un puesto directivo, según el estudio Women in Business 2018: ¿cumplir o liderar?
La evolución está siendo lenta, pero imparable. Javier García, socio fundador de la consultora de transformación Watch & Act y responsable de desarrollo de negocio, considera el liderazgo femenino como el fruto de años de trabajo y esfuerzo que les ha permitido a cada vez más mujeres a convertirse en las líderes empresariales de sus organizaciones. Algunas de las características que García destaca son:
1. Apasionadas. Las líderes ponen pasión en todo lo que hacen y en lo que creen, tienden a crear los negocios en torno a todo aquello que las motiva y las hace sentir orgullosas.
2. Identifican y crean un excelente equipo de trabajo que las apoya, las inspira y que cree en sus capacidades.
3. Fuerte carácter. Muestran confianza y transmiten seguridad a sus subordinados.
4. Gran capacidad de asunción de responsabilidades para tomar decisiones difíciles y complicadas, mezclando adecuadamente intuición y raciocinio.
5. Buscan aumentar sus conocimientos en el entorno empresarial en el que se mueven. Saben que es necesario renovarse constantemente para lograr el éxito que ansían.
6. Trabajo duro y persistente, adicional a la inteligencia, a los niveles relacionales y a la pasión. La característica diferencial es el trabajo duro y constante que, unido a la persistencia, lo convierten en gran parte de la receta del éxito de las grandes líderes empresariales de este país.
“Ejercer un buen liderazgo es cuestión de aprendizaje, pues uno no nace sabiendo ser jefe”, reconoce Javier García quien, además, cree que “los buenos líderes son aquellos a los que su equipo le siguen con los ojos cerrados y los clientes ven seguro de sí mismo y profesional”. Y las mujeres son personas constantes y trabajadoras, porque han debido demostrar siempre que están a la altura de la situación laboral que se les pone por delante.