El pasado 27 de marzo tuve la oportunidad de asistir al HR Tech Europe, una conferencia celebrada en Londres y en la que he podido contrastar la situación de la función de recursos humanos en España con la de nuestros colegas europeos, así como conocer el nivel de desarrollo tecnológico que se oferta fuera de nuestras fronteras. En ambas cuestiones vengo con buenas noticias: respecto a la primera, la realidad de cambio radical en la gestión RH es tan clara aquí como en el resto de Europa así es que ya basta de flagelarnos con nuestro tradicional sentido de pequeñez.
Expertos como Adrian Furnham, Jason Averbook y Mike Ettling, hablaron en términos idénticos a los que escuchamos en los foros nacionales: estamos asistiendo a la desintegración del trabajo como tal en la que la generación millennial se erige como un protagonista indiscutible que viene con una idea del trabajo multiproyecto bajo el brazo; la movilidad, con una fuerza de trabajo cada vez más dispersa y a la vez conectada, va a marcar un nuevo modelo no sólo de gestión sino también de liderazgo; la eficiencia preside todos los procesos y todas las funciones en aras de una mayor competitividad, y la dirección de ºpersonas va a ver en todo ello el pozo de su decadencia… ¡y también la oportunidad de su reposicionamiento!
¿Por qué? Porque de igual manera que la tecnología está creando nuevos nichos de mercado e inmensas oportunidades de negocio para quienes se atreven a descubrirlos, para recursos humanos aporta el soporte necesario con el que traducir sus iniciativas de gestión en indicadores de negocio. Los principales proveedores ya han visualizado ese nuevo futuro y ofrecen soluciones integradas para la gestión del talento que permiten “hablarse” con los procesos de reclutamiento y selección, los de aprendizaje y desarrollo, con la evaluación del desempeño y con los sistemas retributivos, siendo capaces también de traducir cada interconexión en datos e indicadores para una nueva “analítica de RR.HH.” y todo ello con la agilidad con la que se mueve la nube.
Las posibilidades de la tecnología aplicada a la gestión empresarial no han hecho más que empezar a demostrar su potencial. Y sabiendo que la tecnología es adictiva, pensemos en cómo nos podemos enganchar a ella para hacernos más hábiles en el desempeño de nuestra tarea.
