Acaba de incorporarse un profesional en el equipo que, si bien era esperado “cómo agua de Mayo”, tras un par de meses de actividad está ocasionando más problemas que beneficios en la oficina. Gran parte de su actividad, por no decir toda, la realiza de cara al público, atendiendo a los clientes, y aunque está haciendo bien su trabajo, el trato con ellos deja bastante que desear, llegando incluso a recibir quejas de alguno sobre la manera en la que les trata.
¿Qué esperas de este profesional? “No tengo claro qué debo hacer y cómo debo actuar para que mis palabras e indicaciones no hagan que se desmotive o que piense que no estoy contento con su trabajo. Tus indicaciones sí que serán acogidas como el agua en Mayo” –contesta la Dirección–.
Un caso práctico para saber cómo ordenar el conjunto de responsabilidades y actividades asociadas de los colaboradores para identificar carencias y áreas claras de exigencia. La observación directa ayuda a identificar las causas del problema, aunque es bueno conocer la percepción de los implicados para condicionar las acciones posteriores.
Pedro Gómez-Acebo, Director de Producción de Cinco Razones.
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