En España no sobran funcionarios

Maite Sáenz30 mayo 20118min

Víctor García Poves,
Gerente de People Excellence.
www.peoplexcellence.com

Estimado lector. Espero haber captado su atención con el titular del artículo y reconózcame que no hay nada como polemizar con un tema sensible para atraer la atención. Seguramente ustedes están esperando leer que en nuestro país sobran decenas de miles de empleados públicos (no confundir empleado público con funcionario). Y cuanto mayor sea el número, mejor y seguramente más aceptación tendría el artículo. Pues bien, la verdad es que no sé cuantos empleados públicos sobran en España. No tengo ni idea.

De hecho, la pregunta que me surge es: ¿Sobran empleados públicos en España? A priori no lo tengo muy claro. Déjenme que les ilustre mis dudas.

Año                                           2006                     2010
Población total                        44,7                         47
Ocupados                                20,4                        18,151
Parados                                     1,93                        4,9
Asalariados sector privado     13,1                       11,9
Asalariados sector publico        2,86                       3,2

Datos INE en millones.

El dato frio nos dice que en España durante el último lustro el número de parados se ha más que doblado, que la población total del país ha crecido un 5%, pero que el colectivo de empleados públicos ha aumentado un 12%. Esto suena a injusticia: “Cada vez más paro, sueldos vergonzosos, temporalidad y para colmo, tenemos que pagar más impuestos para mantener a los vagos de los funcionarios”. Sí, visto así es injusto, pero no simplifiquemos.

EN COMPARACIÓN CON EL ENTORNO EUROPEO NO ESTAMOS TAN MAL

En el año 2008 en España había 18,09 habitantes por empleado público. Este dato es el mismo que el de Alemania (18,26) y es mejor ratio que el de Francia (12,5), Italia (17,3), Portugal (13,9), Bélgica (12,5), Suecia (8,1), Finlandia (9,4), Holanda (16,4). Por aquí no podemos justificar que sobren empleados públicos.

EL SERVICIO PÚBLICO NO ENTIENDE DE COYUNTURAS ECONÓMICAS

Si nos atenemos al fundamento: Servicio Público es todo aquel que los ciudadanos entendemos como necesarios, de interés general, de amplio espectro social y que al no ser rentables desde un punto de vista empresarial tenemos que sufragar con nuestros impuestos el déficit que producen. Es un acto de redistribución de riqueza.

Entre todos pagamos aquellos servicios sociales que la mayoría necesita pero que no podría permitirse: Transporte público, sanidad, protección (policía, ejercito), etc… Mensaje para navegantes políticos y sindicalistas: Público no es igual a gratis. Lo público cuesta mucho dinero y tiene que ser gestionado con eficiencia y productividad.

Con esto quiero decir que el servicio público es lineal respecto a los altibajos de la coyuntura. La gente enfermamos igual trabajemos o no, y necesitamos la misma seguridad policial, etc.

Si tenemos en cuenta que de los 3 millones de empleados públicos que había en 2009 la mitad trabajaban en servicios tan básicos como: Policía (155 mil) , ejercito (135 mil), sanidad (486 mil), educación universitaria y no universitaria (645 mil), justicia (62 mil), servicios penitenciarios (22 mil). Sólo nos quedan la mitad para “rascar” y fíjese que todavía no hemos hablado de cientos de servicios y puestos fundamentales para el funcionamiento de nuestro país.

Los funcionarios no sobran, tal y como reza el titular del artículo. En 2009 un 60% de los empleados públicos eran funcionarios, o sea un número aproximado de funcionarios de 1., millones. Un funcionario es vitalicio y por lo tanto no se puede despedir. Acéptelo, es imposible, por lo que haríamos bien por quitarlos de la ecuación. De facto solo podría realizarse un trabajo de dimensionamiento sobre una población objetivo de 1,3 Millones de empleados públicos.

Así pues, de los únicos empleados públicos que podríamos prescindir es del colectivo no funcionario (1,3 millones) que no trabajen en los servicios públicos básicos y fundamentales. No sé cuántos son pero, como usted verá buscar personal susceptible de sumarse a las listas del paro no es un ejercicio “tan a bulto”.

NIVEL DE AUTOMATIZACIÓN

¿Ha visitado últimamente un juzgado? Se lo recomiendo, puede que no vea un juez, pero lo que le garantizo es que verá papel, mucho papel, toneladas. Nuestro sector público es en sí mismo un monumento vivo a la destrucción de la masa forestal del planeta.

No podemos medir el sector público con ratios de eficiencia del sector privado, ya que el grado de  automatización y eficacia de sus procesos es sensiblemente más bajo. Así que, para un mismo nivel de output la función pública necesita más personal que el sector privado. Otro inconveniente para su dimensionamiento.

BAJA FLEXIBILIDAD LABORAL

El empleado público no es tan productivo, tiene un nivel de absentismo alto, es el que más concilia y paradójicamente es el que cuenta con un marco laboral más restrictivo y menos flexible. Probablemente lo primero sea consecuencia de segundo. La baja flexibilidad de su marco laboral y las escasas posibilidades de implantar políticas de gestión estándar condiciona notablemente la productividad y otra vez, volvemos a la misma reflexión: El sector público necesita más personal para un nivel de output similar.

Respóndase ahora a la pregunta ¿sobran empleados públicos en España? Mi humilde opinión es: no sobran tantos, pero podría hacerse con muchísimos menos. Parece lo mismo, pero no lo es.

Huyamos de los eslóganes grandilocuentes y de soluciones de “barra de bar”. Es posible contar con un sector público más racional y ajustado a nuestras posibilidades pero necesitamos de reformas de calado:

■ Privatizar. La voracidad de nuestros gobernantes ha llevado al sector público a expandirse fuera de su ámbito natural de actuación y en la actualidad excede con mucho el límite de sus competencias.
■ Invertir. Tenemos que invertir en sector público. Todo el dinero que vaya destinado a la automatización, reingeniería, reducción de procedimientos, etc.. es una inversión cuyo retorno son los ahorros futuros en personal, la mejora de la calidad de los servicios y en reducción de la burocracia.
■ Estatuto Básico del Empleado Público. Estamos ante una oportunidad de oro para modernizar el marco laboral que rige la labor de tantos millones de españoles. Es vital que se adecue a la realidad, a las necesidades y a las posibilidades de una sociedad del siglo XXI. Le confesaré que no soy optimista en este sentido ya que sería necesario contar con dos premisas: una clase política valiente, preparada y con vocación de servicio a la ciudadanía y unos sindicatos que se ajusten a los mismos principios. Carecemos de ambas cosas.
■ Reducir personal no funcionario. El empleado público no funcionario está sometido a la misma legislación que el resto de trabajadores y no veo razón alguna para que no estén regidos por las mismas leyes de oferta y demanda laboral que nos gobiernan al resto.

Mientras no acometamos estas reformas contentémonos con reducciones salariales, congelación de la oferta de empleo público y recortes sociales.

Un comentario

  • Oposiciones

    1 agosto 2011 at 15:10

    Es un tema muy interesante en el que no se debe ni globalizar ni generalizar. Todo depende del sector que estemos hablando. Que se puede aumentar la productividad es cierto, pero la realidad es que hacen falta más efectivos y medios, como bomberos en ciudades como Zaragoza.

    Se tiende a pensar que los funcionarios son sólo los que están sentados en un juzgado con el papeleo y no ven las labores que realizan, por ejemplo, las fuerzas y cuerpos de seguridad.

    En cuanto al tema de los juzgados tiene mucha miga, y no se va a solucionar con más auxiliares ni secretarios. Hacen falta más jueces para sacar el trabajo adelante. En este aspecto estamos a la cola de Europa. Y totalmente de acuerdo con la automatización, es de vergüenza que en el año que estamos utilicen el software tan anticuado y caro de mantener, habiendo licencias libres.

    Saludos.

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