Comunicar en tiempos revueltos

Maite Sáenz27 septiembre 20106min

Francisco García Cabello,
Socio Director de AZC GLOBAL y Director del programa LÍDERES en Gestiona Radio (asociada a COPE).

Sólo una buena estrategia de comunicación puede garantizar la admiración, la confianza y el respeto del mercado y de la propia sociedad.

Siempre he creído que el mejor momento para transmitir un mensaje o poner en marcha un plan de comunicación eficaz es “cuando más se necesite”. Pudiera parecer una frase hecha para la ocasión u oportuna, pero la experiencia y la intuición en las acciones de comunicar me dicen que  siempre es buen momento para comunicar. La diferencia estará en cómo se ponga en marcha el Plan de Comunicación, qué objetivos persiga y resultados se proyecten como posibles.

En estos tiempos de incertidumbre las empresas y las personas necesitamos de otros para apoyarnos, crear “sinergias”, establecer acuerdos, producir conjuntamente, generar comunicación en distintas direcciones. Va a ser fundamental establecer los mensajes y decidir qué persona de la organización será la encargada, no sólo de coordinar, sino de ejecutar dicho plan. Las personas de las organizaciones encargadas en divulgar el plan o ser portavoces tienen la gran oportunidad en “estos tiempos revueltos” de abrir canales de conocimiento entre el producto en cuestión que promueve la empresa y los posibles públicos objetivos. Y son las personas… sólo las personas, las que transmiten de verdad el mensaje con sus aciertos y confusiones oportunas.

Por ello, sirva esta reflexión para incidir en la importancia y oportunidad que los portavoces y directivos de una empresa tienen para formarse y entrenarse en materia de comunicación.

Siempre existe un deseo de ser útil y es para demostrar que se está a la altura del puesto que se desempeña. Sobreestimar al jefe es un sentimiento muy humano, ya que la persona necesita apoyarse en alguien más fuerte que ella. Busca un ser superior que la guíe y con el cual pueda contar. Esa persona debe tener una gran capacidad para la comunicación.

Mucha comunicación fluye de la dirección a los colaboradores para dar instrucciones, asignar tareas, proponer o informar de cambios, dar a conocer información de la empresa, etc. En este tipo de comunicación-colaboración el jefe no puede caer ni en tener miedo a que el colaborador promocione, ni subestimarle.

Hay bastantes jefes que condenan al ostracismo a colaboradores válidos tan sólo por miedo. Sin embargo, desde el interés de la empresa no conviene tener personas capacitadas para puestos de más responsabilidad, relegadas a un simple trabajo sin futuro profesional.

Se ha de comunicar con asertividad y tener en cuenta nuestra percepción y la percepción del otro; nuestras expectativas y las expectativas del otro; nuestras exigencias y las exigencias del otro.

Las relaciones personales entre jefe y colaborador se alimentan a largo plazo. La consideración, el respeto y la confianza se logran con el tiempo. Stephen Covey lo denomina cuenta bancaria emocional, donde hacemos constantemente depósitos y ganamos su confianza; en algunos casos esta cuenta es tan fuerte que podemos darnos el lujo de enfrentar algunas dificultades en la relación, sin que ello traiga consecuencias graves a la hora de una nueva idea o de retener su confianza.

Como escribo en un artículo reciente, “la comunicación interna juega un papel vital en las organizaciones y se está posicionando, sobre todo en estos momentos de incertidumbre, como elemento diferenciador importante y selectivo en las organizaciones grandes y pequeñas. La bilateralidad, la adaptación, la responsabilidad y la efectividad, la globalidad, la anticipación, la planificación, los contenidos, la regularidad son características que tanto se deben dar en la comunicación interna  como externa”.

Diariamente hablamos con directivos, políticos y distintos responsables de empresas en el programa diario LÍDERES que dirigimos en Gestiona Radio (asociada a COPE) y nos damos cuenta que “necesitamos cada vez más personas que manejen buenos códigos de comunicación y que lo sepan contar”.

Es buen momento para que la comunicación juegue un papel destacado en las organizaciones y se establezca una estrategia de “confianza” con el área. Una comunicación eficaz en este sentido propicia no sólo el cambio de imagen si así se requiere, sino una oportunidad de mensaje interno y externo que aporte “una bocanada de aire fresco” para la propia organización.

Sólo una buena estrategia de comunicación puede garantizar la admiración, la confianza y el respeto del mercado y de la propia sociedad. Las personas que comunicamos en las distintas empresas tenemos la gran responsabilidad de saber detectar el momento -la crisis genera oportunidades de comunicación- para ejecutar todas las habilidades que debe tener un buen directivo. Qué gran oportunidad en tiempos revueltos.


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