La glosofobia, o miedo a hablar en público, afecta al desarrollo profesional

Nacho Torres13 enero 20156min

En estas últimas semanas, los ataques de pánico escénico que sufrieron en sus conciertos Joaquín Sabina y Pastora Soler han puesto en primera plana a la glosofobia. Este miedo a hablar en público, manifestado con sudoración, náuseas o un alto ritmo cardiaco, es muy habitual entre la población.

Según la directora de Servicio de Adecco Profesional, Susana Sosa, se calcula que un “75% de la población sufre algún sentimiento de ansiedad y nerviosismo al hablar en público”. A su vez, la glosofobia está muy ligada a posiciones comerciales o directivas e incluso a cualquier profesional que tiene la necesidad de comunicarse tanto interna como externamente.

Una entrevista de trabajo, intentar convencer en la iniciación de un proyecto o la obtención de financiación son momentos en los que las personas deben estar seguras y dar impresión de que se manejar el tema del que se habla, ya que la seguridad en uno mismo y el entusiasmo transmitido son fundamentales a la hora de influir en los demás. Por ello, padecer de glosofobia puede suponer un freno importante en el desarrollo profesional.

El sistema educativo español no potencia el desarrollo de estas habilidades. Los grandes expertos hablan de que el 90% del éxito de un buen discurso o presentación tiene que ver con el método y sólo un 10% es innato. Según datos del Observatorio de Innovación en el Empleo (OIE), promovido por Adecco, 6 de cada 10 universitarios consideran que el salto hacia el mundo laboral es demasiado grande.

De este mismo informe del OIE, también se desprende que, por lo general, los jóvenes consideran que la formación recibida tanto en la universidad como en las escuelas de Formación Profesional es inadecuada. Aunque peores son los datos en cuanto a las dinámicas de grupo: alrededor del 85% de los jóvenes no ha recibido ningún tipo de información acerca de esta técnica de selección de personal, siendo aún mayor el desconocimiento que manifiestan los estudiantes de Universidad pública y de FP (86% cada uno), frente al 67% de los alumnos de la Universidad privada.

En cualquier caso, los estudiantes esperan ser formados a la hora de reforzar habilidades como la iniciativa, la capacidad de negociación y la capacidad de resolución de problemas. Sin embargo, esas expectativas no siempre no se cumplen.

 

La glosofobia, perjudicial para la empresa

Para que un negocio triunfe hace falta que los empleados sean buenos comunicadores. La oratoria es fundamental para la negociación con los competidores, proveedores y con los propios empleados de la compañía, así como para persuadir a clientes potenciales. Desde el punto de vista empresarial, hay un déficit en la formación de los titulados en aspectos clave, pero también en habilidades que a medio plazo van a definir el éxito profesional de un recién titulado, según datos del OIE.

La glosofobia constituye un grave problema para las empresas. Tener capacidad para comunicarse, persuadir y hacer llegar de forma clara su mensaje a los otros es una característica imprescindible para cualquier ejecutivo. Por ellocrear grupo de charlas podría ayudar a los empleados a hacer frente al miedo a hablar en público. Que el empleado se sienta seguro tendría que convertirse en uno de la formación básica de los trabajadores.

 

¿Cómo hacer frente a esta fobia?

Las empresas juegan un papel crítico en la curación de esta fobia. Pueden y deben ayudar a sus empleados a formarse en este tipo de competencias, evitar por todos los medios que aumenten las sensaciones de inseguridad y ayudar a fomentar la compresión y, por tanto, huir de la crítica. Expertos señalan que los españoles somos excesivamente censores con los demás y también con nosotros mismos.

Existen formaciones específicas y muy a medida para entrenar estas competencias, pero igualmente hay siempre un método transversal: la preparación. “Preparar el discurso con personas de confianza, no tener miedo a la crítica y adelantarse y saber juzgarse uno mismo” es uno de los consejos que Sosa recomienda. Otro de los métodos que pueden ayudar a evitar ese miedo es la práctica. Cuantas más veces se ensaya un discurso, mayor dominio se tendrá sobre éste, algo que proporcionará mayor naturalidad y soltura a la hora de presentar. Es importante memorizar la introducción, la conclusión y las ideas principales para causar un mayor impacto a los oyentes pero nunca memorizar todo el texto ya que se corre el peligro de poder perderse en el discurso.


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