Según el Estudio anual de Mercer sobre calidad de vida, a pesar de la volatilidad política y financiera en Europa, sus ciudades ofrecen la mayor calidad de vida y siguen siendo destinos atractivos para expandir las operaciones del negocio y enviar expatriados. Viena ocupa el primer puesto del ranking general de calidad de vida por octavo año consecutivo, y el resto de las 10 primeras posiciones está ocupado principalmente por ciudades europeas: Zúrich está en el segundo lugar, Múnich en el cuarto, Dusseldorf en el sexto, Frankfurt en el séptimo, Ginebra en el octavo, Copenhague en el noveno, y este año, por primera vez en la clasificación, aparece Basilea, en el décimo puesto. Madrid sube del puesto 52 al puesto 51 en 2017, mientras que Barcelona desciende desde el 39 al 42.
Las únicas ciudades no europeas que aparecen entre las 10 primeras son Auckland (3) y Vancouver (5). Las ciudades con mejor posición en la lista de Asia y Latinoamérica son Singapur (25) y Montevideo (79), respectivamente.
Infraestructuras
Este año se ha elaborado además una clasificación de infraestructura, ya que juega un papel muy importante para las multinacionales a la hora de establecerse en nuevas localizaciones y enviar empleados expatriados.
La clasificación de ciudades en función de sus infraestructuras analiza los servicios de electricidad, agua potable, teléfono, email y transporte público, así como la congestión del tráfico los vuelos internacionales disponibles desde el aeropuerto local. Singapur encabeza esta lista, seguida por Frankfurt y Múnich, ambas en segunda posición. Bagdad (230) y Puerto Príncipe (231) se sitúan en los últimos puestos.
“El éxito de las asignaciones internacionales se ve influenciado por temas como la facilidad para viajar y las comunicaciones, estándares sanitarios, seguridad personal y el acceso a servicios públicos. Las compañías multinacionales necesitan información precisa y actual para calcular un paquete de compensación justo y consistente para sus expatriados, con una calidad de vida asegurada. Las infraestructuras de una ciudad, o la falta de ellas, pueden afectar considerablemente la calidad de vida de los expatriados y sus familias en el día a día”, explica Rafael Barrilero, socio de Mercer.