Xavier Camps: Innovación abierta, de la teoría a la práctica

Maite Sáenz25 mayo 20148min

La cuestión ha dejado de ser por qué innovar, para pasar a ser cómo innovar. Una práctica que va ganando terreno y colabora a dar respuesta a esta cuestión, es la de reconocer que no todas las buenas ideas provienen del interior de la organización, ni que tampoco todas las buenas ideas que surgen en el seno de una empresa, deben ser desarrolladas y comercializadas por ella misma. Pese a que el concepto es muy convincente, las dudas aparecen cuando se intenta aplicar el concepto a la realidad de las empresas.

Henry Chesbrough es el padre de este concepto, conocido con el nombre de innovación abierta, que aboga por abrir los procesos internos de innovación, permitiendo la entrada de nuevo conocimiento, a la vez que buscando nuevos mecanismos, para que parte del conocimiento interno llegue al mercado, pudiendo incluso ser explotado por otras empresas.

Antes de seguir hablando de Innovación abierta, quiero recordar que al hablar de proceso de innovación se hace referencia a todo el desarrollo del proyecto, desde su planteamiento inicial hasta su comercialización. Es decir, incluye todas las actividades que son necesarias para crear nuevas soluciones que aporten valor a la empresa y al mercado. Se puede dividir en tres grandes etapas: descubrimiento, implementación y comercialización.

  • Descubrimiento: es la parte inicial del proceso y finaliza con la definición conceptual de la solución.
  • Implementación: incluye todas las actividades( diseño, desarrollo, producción,etc.) necesarias para hacer llegar la solución, definida en la etapa anterior, al mercado.
  • Comercialización: se trata de la explotación en el mercado de la nueva solución.

Para sacar el máximo partido del concepto de innovación abierta y aplicarlo de manera satisfactoria al proceso de innovación de la empresa, es fundamental comprender las diferentes posibilidades que ofrece y vincularlas a cada una de las etapas del proceso de innovación, en función de las necesidades existentes en cada una de ellas.

CÓMO DETERMINAR LA NECESIDAD DE ABRIR EL PROCESO DE INNOVACIÓN

Cada empresa podrá considerar la incorporación de las diferentes fuentes externas, si se halla en alguna de estas situaciones a lo largo de las diferentes etapas del proceso de innovación:

Descubrimiento

  • La empresa no suele obtener nuevos «insights» que puedan ser el origen de nuevas oportunidades de innovación.
  • Las ideas provienen de un número reducido de trabajadores.
  • Las ideas suelen ser siempre muy similares.
  • La mayoría de propuestas son incrementales.
  • Las nuevas ideas no conectan con los clientes, ni generan entusiasmo entre los responsables de desarrollarlas.
  • Las ideas están siempre relacionadas con la oferta central de la empresa (producto/servicio) y no con otros elementos del modelo de negocio.

Fuentes externas que pueden utilizarse

  • Sesiones con expertos para generar «insights»
  • Comunidades de inventores.
  • «Crowdsourcing».
  • «Lead users».
  • Comunidades de usuarios.
  • Cocreación con clientes.
  • Adquisición de patentes.
  • Alianzas con emprendedores.

Implementación

  • Una gran cantidad de proyectos de innovación son abandonados.
  • Las nuevas soluciones no generan ventajas competitivas.
  • La empresa tiene muchas ideas, pero el día a día de la empresa no deja ni tiempo ni recursos para su desarrollo e implementación.
  • No hay responsables ni procesos formales para hacer avanzar las ideas hacía el mercado.

Fuentes externas que pueden utilizarse

  • Creación de»Spin-offs».
  • Venta de patentes.
  • Colaborar con centros tecnológicos o universidades.
  • «Joint-ventures» con otras empresas.
  • Adquirir «start-ups» en fase de implementación.

Comercialización

  • Los costes de comercialización son superiores a las previsiones.
  • El momento de iniciar la comercialización suele atrasarse.
  • No se tiene acceso a determinados canales de distribución.

Fuentes externas que pueden utilizarse

  • Integración de proveedores.
  • «Joint-ventures» para tener acceso a la distribución.
  • «Licensing» (otorgar los derechos de comercialización de la nueva solución a una empresa que esté en mejores condiciones de hacerlo con éxito).

El principio sobre el que se basa la innovación abierta, es el de colaborar y compartir capacidades para que se puedan aprovechar, con más garantías de éxito, las oportunidades de innovación. Para poder integrarlo a los procesos internos, es preciso un cambio cultural en las organizaciones. Este cambio implica además de abandonar miedos y desconfianzas, estar dispuestos a abrir la organización a nuevos aliados, con la pérdida de sensación de control que esto puede acarrear.

En muchas ocasiones, uno de los primeros filtros que cualquier nueva iniciativa debe pasar es el que se deriva de preguntar si la empresa tiene los recursos y capacidades que se necesitan para desarrollarla, a partir de los cambios culturales comentados y teniendo en cuenta las posibilidades que ofrece el concepto de innovación abierta, la pregunta debería pasar a ser, quién tiene los recursos y capacidades necesarios para desarrollar esta solución?. De este modo, una vez se identifica una nueva oportunidad, las empresas pueden pasar a orquestar una red de aliados, unidos por el objetivo común de crear nuevo valor ( ver post: «Orquestando para crear valor»)

En mi opinión, y pese a no ser la solución milagrosa que algunos proclaman, la innovación abierta ofrece múltiples posibilidades para complementar los procesos de innovación cerrada, permitiendo por un lado que las empresas se aventuren a ir más allá de sus negocios tradicionales, a la vez que facilitando que se saque un rendimiento económico a iniciativas internas con potencial, que han sido abandonadas por falta de de ciertos recursos o capacidades.

En especial las Pymes deberían explotar este concepto, y lograr de este modo ser más competitivas, dando un salto de calidad que les permitiese un crecimiento orgánico, cimentado sobre una base sólida, la de la colaboración con buenos compañeros de viaje. Para ello, es básico pasar de la teoría a la práctica, comprender bien las necesidades de cada empresa, y conocer en profundidad las diversas opciones de colaboración existentes.

Lee este post en el blog del autor.

 

 


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