Peor aún, muchos de los colegas se han ido. A veces despedidos porque la empresa ha tenido que reorganizarse, a veces porque se han ido a otro trabajo o se jubilaron y no se han cubierto los puestos vacantes. Los que se quedaron han tenido que trabajar más duro y cubrir tareas que hasta ahora se repartían entre varios. En otros casos, los puestos de trabajo permanentes se han sustituido por formas de trabajo flexible: freelances y empleados temporales, compañeros en nómina con peores condiciones.
Continúa leyendo el resto del post aquí.