¿Qué recomendaciones dais a otras personas para evaluar de forma adecuada?

Redacción ORH9 marzo 20157min

Nadie ha dicho que tener personas a nuestro cargo sea fácil. Lo más cómodo suele ser criticar la figura del responsable y quizás nos debamos poner en su lugar en más de una ocasión.

Para ayudar a nuestro equipo a mejorar debemos evaluarlos y que aprendan de ahí sus aspectos a cambiar. Una evaluación debe ser momento para alabar y reconocer una vez más el potencial de cada persona. La evaluación debe ser objetiva, coherente, profesional y con el fin de ayudar, no de hundir a nadie.

Esto comienza porque cada responsable asuma su rol y se dé cuenta que él es el primero que se equivoca, si su equipo de personas esta estático, no evoluciona, están desmotivados y no alcanzan los objetivos. Parte de eso es responsabilidad de cada responsable por no saber sacar el máximo partido de su equipo. Tuve un jefe que decía «la motivación se trae de casa”. Craso error. Su equipo estaba totalmente desorientado, desmotivado… porque aunque es cierto que cada uno tenemos que estar motivados, gran parte de esa motivación se consolida con el apoyo de un superior. También este tipo de actitud, demuestra el poco interés que tenía por su equipo. Que vengan ya motivados de casa… Lectura: Me importan tres cominos sus problemas, sus planes… Desgraciadamente, jefes 1.0 como este… todavía existen. Un responsable debe conocer a su gente, conocer sus fortalezas y sus problemas.

Por lo tanto, antes de evaluar rápidamente a vuestro equipo debéis de reflexionar con vosotros mismos formulándoos las siguientes preguntas: ¿Habéis explicado a cada subordinado sus tareas y objetivos? ¿Habéis ayudado a vuestro equipo a integrarse y saber comunicar sus necesidades? ¿Habéis estado disponibles para que fuesen a pediros ayuda? Cuándo les delegáis nuevas tareas ¿seguís el proceso y lo hacéis de forma progresiva o por el contrario decís que se busquen la vida?

Quizás a lo que estuvieseis acostumbrados vosotros como subordinados no tiene que ser lo correcto, aunque sea lo que se ha hecho toda la vida. Es buen momento de reclamar a vuestra dirección empresarial una formación adecuada y homogénea para todos los responsables sobre cómo gestionar personas.

A veces las empresas pretenden que sus responsables evalúen a sus personas sin preocuparse de si tienen la formación adecuada para hacerlo de forma efectiva.
Algunos responsables entienden que evaluar es guiarse por la afinidad con sus personas. Los mejores no tienen por qué ser aquellos que nos digan lo que queremos escuchar o los que hacen todo los que les decimos. A veces las personas que os dicen los aspectos a mejorar y buscan otras alternativas pueden ser los mejores. Vosotros, como responsables, os equivocáis y tenéis que saber asumir y reconocer vuestros errores.

A veces detrás de evaluaciones negativas y subjetivas se esconden los miedos de algunos jefes porque esas personas les hacen la sombra y, en el fondo, surge la inseguridad de que os puedan quitar vuestro puesto. A veces, también tiene que ver por miedo a perder a esas personas si son muy buenas y que se los lleven a otros departamentos. Sin embargo, el que vuestras personas sean buenas y saquen lo mejor de ellas es en parte por vuestra gestión. Las personas motivadas y contentas son más productivas.
Un responsable, antes que nada, debe escuchar a su equipo y darle la suficiente libertad para que puedan trabajar contando con su confianza. Es bueno que un jefe permita a su equipo dedicar parte de su tiempo de trabajo a desarrollar e investigar en tareas y campos que les apasionan.
Evaluar significa corregir conductas y comportamientos pero también reconocer y alabar el trabajo. Lo peor son esas evaluaciones destructivas donde todo es malo de un día para otro. Todas las personas hacen cosas bien en su trabajo y no cuesta nada decírselo de forma habitual; por lo general, se cae en el error de solo hablar de lo malo, de cosas a corregir. A todos nos gusta el reconocimiento y a que se nos felicite por un trabajo bien realizado. Cuesta menos de lo que parece y consigue grandes cosas.

Evaluar suponer tener confianza entre las dos partes para que sea algo fructífero para las dos partes. El responsable también debe estar preparado para escuchar cosas que quizás no le gusten. Mi jefe mencionado anteriormente solía decir a su equipo constantemente: Te equivocas. No, no… Te equivocas. Solo valía su opinión… cuando no siempre tenía razón. Esto conllevaba un alejamiento del mismo, que provocó que se quedara solo. Nadie quería hablar con el, por la falta de respeto que sus comentarios conllevaban.

Además, para que la evaluación sea fructífera, debe ser algo continuo e ir viendo cómo las personas van desarrollándose poco a poco. Lo que marca la diferencia es ver la evolución positiva o negativa y analizando a que se debe. Los cambios siempre se deben a un cumulo de circunstancias. A veces se tienen que dar toques de atención pero de forma constructiva y ejemplar.

Un evaluador debe ser tajante pero objetivo y justo sin olvidar que trata con personas. Nadie es perfecto y menos ellos. Todos nos equivocamos y el que no lo hace suele ser porque hace poco o lo que hace es dentro de su zona de confort, sin arriesgar ni mejorar. Los retos son buenos para todas las personas porque nos hacen mejorar y demostrarnos a nosotros de los que somos capaces.

Evaluar no es fácil pero para mejorar debemos asumir nuestros errores. ¿Qué errores habéis cometido al evaluar a otras personas? Cuéntame las anécdotas sobre las evaluaciones que os han realizado.

Está claro que para poder evaluar a otro debéis haber seguido su trabajo y conocerlo al detalle; no sería la primera vez que os evalúa alguien que desconoce lo que hacéis en profundidad y se deja llevar por el informe de otro. Se debe contrastar al menos la información.

Lee este artículo en el blog de Juan Martínez.


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