Es un hecho cierto que un número creciente de directivos parece coincidir en torno a la conveniencia, relevancia y pertinencia de desarrollar una cultura organizativa que, siendo afín a la gestión de la innovación, facilite a sus empresas el acceso a nuevas y más atractivas oportunidades de negocios.
Estos directivos ahora asumen que la innovación es el factor clave para dotar a sus empresas de un interesante perfil competitivo que les permita afrontar con éxito unas condiciones de mercado cada vez más inciertas, complejas y cambiantes. Hacer realidad este objetivo no es fácil en lo absóluto, ni está en modo alguno exento de traumas y riesgos. Dotar a la organización del presente de la capacidad de innovar es un imperativo impostergable para garantizar su futura viabilidad en un entorno de negocios extremadamente competitivo.
Continúa leyendo el resto del post aquí.
Accede al blog de Octavio Ballesta.