«Hemos pasado de conducir en una autopista a hacerlo en un camino de montaña cubierto de hielo y hacen falta destrezas diferentes: agilidad en las reacciones ante lo imprevisto, capacidad de improvisar, de escuchar y estar atento a cada circunstancia, capacidad de orientarse y de buscar caminos no evidentes. Hoy, sin duda, el conductor es más importante que el motor”. Así resumía Julio Moreno, Head of Leadership & Talent Consulting para Iberia de Korn/Ferry International el cambio que se está experimentando en los modelos de gestión directiva. Lo hacía durante la presentación del estudio «The New EuropeanExecutive: leadership for recovery and growth» realizado por Korn/Ferry Institute y que recoge datos de más de 1.000 directivos de primer nivel de empresas de toda Europa.
Dicho estudio revela que las capacidades de liderazgo que necesita el directivo actual son notablemente distintas de las de antes de la crisis. Así, mientras que en los años 2007 y 2008 las capacidades operativas –orientación a resultados, planificación a medio largo plazo, etc.- eran claves, hoy además adquieren relevancia otras como la capacidad para gestionar situaciones ambiguas, la agilidad para reaccionar en el corto plazo, la habilidad para generar una visión motivadora a pesar de la incertidumbre o la escucha. Para Julio Moreno, “lo más significativo de este cambio de modelo es que ahora los resultados se consideran el producto de una buena gestión, no un fin en sí mismo. Al haberse perdido capacidad predictiva, los indicadores a corto plazo basados en la excelencia en el liderazgo son ahora mucho más importantes. Además, se está pasando de un modelo de eficiencia, centrado en habilidades operativas, y de control, a valorar que ilusionar -dar claridad y esperanza- a empleados y clientes genera más valor que el análisis del balance” .
Entre las capacidades que necesita el directivo actual destacan el coraje y la humildad. Según se desprende de los datos del estudio, hoy son los líderes experimentados, que no ‘se arrugan’ ante la incertidumbre, con capacidad para dar respuestas acertadas de manera rápida y con humildad para reconocer rápidamente los errores y rectificarlos a tiempo los más valorados por las compañías.
