El talento también es cuestión de hormonas

Maite Sáenz23 noviembre 20124min

Cortisol vs DHEA. Estas son las dos hormonas que segregamos según nuestro estado de ánimo sea de positivismo o de pesimismo y ambas son las responsables de que enfoquemos la vida como un vaso medio lleno o medio vacío. El experto en management Luis Huete ha intervenido en la jornada Speexx Exchange 2012, a la que han acudido cerca de 80 profesionales de la formación y en la que el profesor ha descubierto el potencial que cada individuo tiene para canalizar su energía hacia el ejercicio de un talento positivo.

Luis Huete ha recordado a Arquímedes para explicar su concepto de talento: “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”, dijo el sabio griego, y por analogía, el talento, entendido como “nuestra capacidad de hacer cosas para obtener resultados”, tiene unas fuerzas y unas palancas que lo movilizan:
– “Sus fuerzas son los conocimientos y las competencias de cada uno”.
– “Y lo que los apalanca son las actitudes y los estilos cognitivos que practicamos (creencias, hábitos…)».

“La gran oportunidad está en el efecto palanca de las actitudes y creencias”, que hunden sus raíces en todo aquello que acumulamos en el tiempo sobre nosotros y nuestras circunstancias. Esto, a lo que Huete llama el “autoconcepto”, tiene dos inputs:
→ La experiencia. Lo que te ha ido ocurriendo a lo largo de la vida. Es una información filtrada pues está condicionada por cómo la hemos intererpretado, de ahí que puedas haber tenido circunstancias duras y un autoconcepto fuerte y viceversa.
→ La conversación interior. De media pasamos cuatro o cinco horas diarias en ese diálogo interior, y el cómo lo hagamos no es neutro a la hora de crear nuestro fondo de creencias. Las personas con talento son extremadamente cuidadosas con su conversación interior, dotándola de positivismo, de energía, etc.

Convertir una experiencia negativa en positiva es posible y Luis recomendó la técnica “del duelo”, muy utilizada ahora en la formación de directivos, como proceso para sacar de una vivencia negativa más ventajas y aprendizaje que dolor trajo. “Es un proceso curativo para quitarle dolor al pasado. Si no superamos el duelo tendremos una psicología que nos ata al pasado y ello nos generará dos sentimientos nocivos: la resignación (“no puedo”) y el resentimiento (“soy una víctima”). Hay que ir de las R a las A: de la resignación y el resentimiento a la aceptación y la ambición”.

Huete también reveló que el 80 por ciento del talento es tener una psicología fuerte y advirtió que “en un contexto como el actual este esquema es importante porque no seguirlo nos hace parte del problema. La gente con talento es parte de la solución». Lo consiguen, a su juicio, porque se sitúan en una zona óptima de positivismo y con la euforia contenida. “Si siempre estas en la zona negativa el cerebro segrega cortisol, que a corto plazo te da mucha energía pero que rápidamente da paso a momentos valle profundos. A medio plazo envejece, quita vitalidad, desgasta masa muscular y corroe nuestras neuronas. Si estás buena parte del día aquí te estás inyectando veneno en vena que te resta capacidad para ver los problemas en su conjunto. Solo ves los tuyos, En cambio, los que encuentran el equilibrio en la zona positiva segregan más dosis de DHEA, una hormona que aporta longevidad, vitalidad y energía”. No es casual, pues, que se vean capaces de maximizar su inteligencia y tomar mejores decisiones.


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